El niño, que pesó 3,4 kilos, es producto de una manipulación genética in vitro, que evitó que nazca con anomalías. Su mamá, una mujer de 40 años, quiso evitar anomalías cromosómicas. El método permite además descartar abortos espontáneos o embarazos múltiples.
Un bebé genéticamente «perfecto» nació este fin de semana en la ciudad de Córdoba con el método de diagnóstico genético de preimplantación (PGS), con 3,4 kilos de peso y está en óptimas condiciones al igual que su mamá, que lo tuvo por cesárea, informaron fuentes médicas a medios locales.
El tratamiento consiste en un análisis genético embrionario para la detección de anomalías en el número de cromosomas y se realizó en la Fundación Fecundart, de la capital cordobesa.
«De esta manera aumenta el porcentaje de éxito por transferencia y también la probabilidad de tener un bebé ‘sano’ (denominado como «bebé perfecto») mediante la selección de embriones con la cantidad normal de cromosomas», explicó José Pérez Alzaa, director médico de la institución.
Tras la polémica que se generó cuando se conoció de que nacería en la Argentina «el primer bebé con genes perfectos», el especialista aclaró a la emisora radial Cadena 3 que «no es el bebé perfecto», sino que se trata de «un niño al que se le hizo un estudio para evaluar su composición cromosómica que se implantó muy bien y nació, gracias a Dios, muy bien».
El PGS identifica los embriones sanos cromosómicamente para la transferencia y descarta los que no lo son, se utiliza en diagnósticos de anomalías cromosómicas como puede ser el síndrome de Down, y permite determinar si ese embrión tiene un número «normal» de cromosomas.
La clínica de fecundación asistida Fecundart es la primera en el interior del país en adquirir la tecnología que permite este tratamiento. Los embriones «sanos» para este nacimiento fueron implantados en agosto de 2016.
El médico comentó que no hacen «selección», como por ejemplo de sexo, sino que el objetivo del tratamiento es que «la pareja pueda concebir lo más rápido posible».
«Sabiendo que este embrión es normal cromosómicamente, podemos transferir uno solo con una muy buena tasa de embarazo», precisó Pérez Alzaa.
Se trata de un tratamiento de que cuesta 2.500 dólares y que puede ser cubierto por la obra social cuando «la pareja es portadora de algún problema cromosómico», pero no en los casos en que «es selectivo y la pareja no tiene problemas», apuntó el especialista.
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