Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) señalaron que «la carga tributaria en la Argentina se volvió inviable en materia de competitividad».
Los pequeños y medianos empresarios destinan, en promedio, el 42% de sus ventas a pagar impuestos, según un relevamiento realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) a 250 industriales de diferentes sectores económicos.
«La incidencia final promedio de los impuestos sobre el precio definitivo de venta del producto es del 38%, pero hay sectores donde la influencia supera al 50%», precisó la entidad en base a las estimaciones de los empresarios consultados en el sondeo.
Entre los sectores que más porcentaje destinan de su facturación al pago de impuestos, se registraron minerales no metálicos (54%), madera y muebles (46%) y calzado y marroquinería (44%).
El presidente de CAME, Fabián Tarrío, advirtió que «la carga tributaria en la Argentina se volvió inviable en materia de competitividad».
Por ejemplo, un estudio realizado para el sector de línea blanca, revela que sólo en la etapa de producción, hasta que el artículo sale de la fábrica, casi 30% del importe lo conforman los impuestos, a lo cual hay que sumarle los tributos de la etapa de distribución y comercialización final.
Tarrío explicó que la carga tributaria «fenomenal» en Argentina ocurre por la combinación de tres factores: «Un sector informal muy grande y en crecimiento; necesidades fiscales crecientes de provincias, municipios y del mismo gobierno nacional; y un sistema tributario que fue siendo emparchado año tras año según las visiones particulares» de las distintas gestiones.
El dirigente dijo que «se estima que entre 35% y 40% de la economía hoy se mueve en el incumplimiento, que en impuestos como Ganancias la evasión ronda el 50%, o en impuesto al trabajo supera el 30%».
Y en cuanto a las necesidades fiscales crecientes tanto de provincias como del gobierno nacional, objetó que «fue llevando a la suba de alícuotas y el agregado de nuevos aranceles».
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