El operador del PRO mostró al aire los sueldos de los trabajadores de la TV Pública y de los Cocineros Argentinos como parte de una maniobra para vaciar los medios del Estado.
El ultraoficialista vocero del gobierno, que se disfraza de periodista para operar desde los medios de comunicación, Eduardo Feinmann, cruzó un límite que no tiene retorno. Por un lado se sumó a la campaña que inició el otro operador del PRO, Gerardo “Tato” Young, quien semanas atrás le dijo en la cara al titular del sistema de Medios Públicos, Hernám Lombardi, que en Télam sobran 500 empleados, y que además no van a trabajar. sostuvo que la Agencia Estatal ya no tiene razón de ser, palabras más palabras menos, pidió el cierre de la emblemática noticiosa fundada por el General Perón.
Pero “Tato” no trabaja solo y el gobierno opera en varias dimensiones, la tarde del martes, Eduardo Feinmann mostró en pantalla los sueldos que cobran los trabajadores de la TV Pública, en una clara maniobra de generar ruido en la sociedad y avanzar en lo que ya están padeciendo los trabajadores, una reducción de horas extras, bonos e ítems que componen sus salarios que redundó en pérdidas de más del 50% del sueldo.
La operación contra el canal estatal lo justificó con un echo de poca importancia y hasta gracioso, ocurrido el pasado domingo cuando una banda musical interpretó las notas de la melodía que se utiliza en las canchas y eventos públicos para manifestar la bronca contra el ajuste y las embestidas del gobierno macrista y que se conoce como “El Hit del Verano”, un suceso excepcional que inició hace algunas semanas en el nuevo gasómetro en el bajo flores y que hoy se replica a lo largo y ancho de todo el país.
Así, Edu, reveló el salario del cocinero, Guillermo Calabrese, que conduce el programa, -y que no revelamos en este artículo para no sumar más bosta a la que nos ofrece Feinmann- exacerbando el monto que recibe por su trabajo, infinitamente inferior al que cobra el siempre oficialista y lame botas del PRO, que seguramente se refugiará en la condición de “privado” pero que también ha recibido suculentas pautas oficiales por valores similares al sueldo de Calabrese, o al menos, de lo que hay registro público.
PN