Podría acceder a una línea de crédito de 10 mil millones de dólares y aceptar los condicionamientos y políticas económicas que ya fracasaron en el pasado y tanto le costó a la clase trabajadora.
Luego de 15 años, el Fondo Monetario Internacional (FMI) vuelve a la Argentina con la visita de la número uno del organismo, Christine Lagarde, y no viene solo para saludar al presidente Mauricio Macri: sería para acordar una potencial línea de crédito al país, algo a lo que el gobierno kirchnerista ya renunciado luego de cancelar su deuda con con el Fondo en 2005.
Según informó el portal Infobae, el Gobierno podría acceder a una línea de crédito de hasta 10 mil millones de dólares a una tasa del 4,5% anual, un interés inferior al que consigue hoy con la colocación de bonos donde paga más del 7 por ciento.
Los préstamos del FMI traen un fuerte condicionamiento a los países tomadores de esa deuda, ya que al compromiso financiero de devolver el dinero los Estados suelen acceder a ominosas condiciones para su economía como las de apertura financiera, restricción de derechos laborales y ajuste fiscal a los sectores más desfavorecidos.
El Gobierno, según el portal, no vería con malos ojos volver al Fondo porque, aseguran, es más fácil refinanciar la deuda con el FMI que con los mercados financieros. Otra lectura es que comienzan a cortarse las bocas de financiamiento para el déficit fiscal que el Gobierno agrandó a fuerza de reducir impuestos.
Sin blanquearlo, el Gobierno ha seguido las recetas del Fondo en materia económica. En un documento de 2016, la entidad que presiden Christine Lagarde, que hoy llegará al país, había sugerido que el Gobierno recorte el gasto en jubilaciones. Un año después, impulsó la reforma previsional que ajustó el índice de movilidad para jubilados, pensionados y beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, entre otros.
Luego, el FMI propuso que el Gobierno utilice los salarios como ancla para la inflación. Pese a que el sector privado espera un alza de precios más cercana al 20% para este año, desde el Gobierno promueven paritarias del 15% sin cláusula gatillo.
Argentina se había sacado de encima los condicionamientos del Fondo en 2005, cuando el gobierno de Néstor Kirchner decidió pagar de contado toda la deuda con ese organismo. Desde entonces, nunca pidió dinero prestado al FMI. Esa historia estaría por llegar a su fin.
PN