El último tarifazo del gas empuja los costos de producción de panificados y derivados de la harina. El efecto complica aún más las metas de inflación del gobierno.
Desde los próximos días, en los hipermercados, los mayoristas y los comercios de barrio, tanto el pan como todos sus derivados aumentarán hasta el 9 por ciento, factor que incidirá en la inflación de abril.
Sucede tras los últimos incrementos en la tarifa de gas, que inciden directamente en los costos de producción de alimentos panificados, entre otros. Las compañías que dominan el mercado alimenticio ya enviaron sus listados a los supermercados con subas de entre 2 y 9 por ciento según los productos.
“Con el aumento de hasta 40 por ciento en el gas, se van a disparar el pan suelto y envasado (lactal, para hamburguesas y panchos); las variedades de galletitas, bizcochos, las facturas, y comidas muy populares y sensibles como la polenta, los fideos, pre-pizzas, empanadas, tartas. Esto nos va a aplastar el consumo”, se lamentaron desde las grandes superficies hasta los comercio de cercanía en forma coincidente. Desde las cadenas de hipermercados, como es costumbre, se limitaron a explicar que recibieron las listas de los proveedores y que inexorablemente los aumentos se materializarán.
A fines de marzo, la mayoría de los productos de consumo masivo que integran la canasta fija de alimentos, bebidas sin alcohol y artículos de limpieza y tocador, ya habían tenido algunos aumentos. Fue el caso de la carne picada; limpiadores; agua mineral; papel higiénico; azúcar; café y yerba mate fideos guiseros; pan francés.
Este aumento amplio pone otra vez en el tapete una discusión que el Gobierno nunca planteó, al menos en público. Los formadores de precios, tanto la industria como los supermercados, en este caso, siguen manejando el mercado y deciden cuándo y cuánto aumentan los bienes.