Así lo revela un informe realizado por la consultora Manpower. Es el peor cuarto trimestre desde que comenzó registro hace 10 años. La construcción es el sector más golpeado.
El mercado laboral está cerca de un punto de parálisis, con expectativas muy bajas de creación de nuevos empleos, y una cautela extrema de las empresas a la hora de tomar personal. Con la situación económica del país complicada, mientras se ajustan el cinturón tanto en el ámbito público como el privado, el panorama no es mucho más alentador para los próximos meses.
Según el tradicional estudio de la consultora ManpowerGroup sobre Expectativas de Empleo, que se conoció este martes, las perspectivas para el cuarto trimestre de 2018 indican una suba de apenas 1 punto, que llega a 2 si se lo ajusta por estacionalidad. A ese número -denominado ENE (Expectativa Neta de Empleo)- se llega porque entre los 800 empleadores sondeados el 9% respondió que espera aumentar su dotación de empleados, 8% que disminuirá y 79% que no prevé cambios.
Así la expectativa para el período octubre-diciembre disminuye 3 puntos porcentuales con respecto al trimestre anterior y 6 puntos en la comparación interanual. Se trata del valor más bajo desde el tercer trimestre de 2016, cuando también se alcanzó una ENE de +2%. Y también es el peor cuarto trimestre desde 2008, cuando comenzaron las mediciones de Manpower. Solo los últimos 9 meses del año 2009, en plena crisis internacional mientras se derrumbaban gigantes globales del mundo financiero, mostraron peores índices que los actuales.
«Los empresarios se ven mucho más cautelosos y este cuatrimestre viene decreciente. La buena noticia es que sigue siendo positivo», consideró Fernando Podestá, Vicepresidente y Director Nacional de Operaciones de ManpowerGroup Argentina, en diálogo con ámbito.com. Para el experto, la situación es de mayor estabilidad en comparación con lo que ocurrió en aquel caótico 2009. «Lo que se ve es una es una quietud extrema, una hipercautela. No se ven despidos masivos, tampoco hay mucha oferta de cambio de las personas», explicó.
Podestá alertó sobre un punto que calificó de «preocupante»: las grandes empresas ya no mantienen altas sus expectativas de contratación. De hecho, en la medición se desploman las perspectivas en las compañías de más de 250 empleados. En el caso de las pequeñas y medianas la tendencia es un poco más estable, mientras que en las micro la expectativa es negativa.
Un dato no menor es que el sondeo se realizó hasta julio. Es decir que no tiene en cuenta la megadevaluación de las últimas semanas que llevó al dólar a cotizar nuevamente por encima de los $ 38, ni la renegociación del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional para cambiar las condiciones del préstamo por u$s 50.000 millones con los que busca llevar calma a los mercados. Tampoco tiene impacto en la medición, por haber estallado posteriormente, el escándalo por la investigación sobre supuestas coimas en la obra pública durante el kirchenrismo, ni los cambios en el Gabinete nacional.
Si se tienen en cuenta estos temas de la coyuntura económica y política, el panorama podría ser aún más alarmante. Y es que ya en esa medición previa al salto del dólar en agosto, el impacto negativo en el empleo lo sufrió la construcción con una ENE de -8, que ajustada por estacionalidad es de -11. El que era uno de los principales motores de la economía desde el inicio de la presidencia de Mauricio Macri se puso en reversa, debido en gran parte a que el ajuste del Gobierno se cobró como víctima a la obra pública, mientras que la volatilidad cambiaria y la suba de costos golpeó los proyectos privados. Otros sectores que muestran retrocesos son la administración pública; los transportes y servicios; finanzas, seguros y bienes raíces; y el comercio. En cambio, hay signos más alentadores en minería -apalancado por yacimientos de hidrocarburos-, manufacturas, y agricultura y pesca. En este último caso habrá que ver cuál es el resultado de que se hayan reinstaurado las retenciones, otra de las medidas que quedaron fuera de la consulta.
En cuanto a las regiones del país analizadas, la que muestra mejores perspectivas en la Patagonia, con ENE +7, impulsada para la actividad minera y de hidrocarburos. En la otra punta están las provincias del Noroeste, con un ENE -4, donde hay un retroceso vinculado a la actividad frutihortícola. Llama la atención también la baja expectativa del área metropolitana -Ciudad y GBA- donde la ENE es +2. Esto se debe a la caída en la construcción.
En la comparación con el mismo período del año anterior, los planes de contratación laboral descienden en cinco de las seis regiones. Las mermas más importantes de 16 y 14 puntos porcentuales se registran en las regiones pampeana y cuyana, respectivamente.
Ambito
MATÍAS ORTEGA