La fiscal liberó a dos de los acusados porque por ahora no hay pruebas suficientes en su contra, pero pidió la prisión preventiva para los otros ocho basándose en sus roles en el ataque.
La fiscal Verónica Zamboni logró determinar cuál fue la participación de cada uno de los rugbiers acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa y se basó en esa información para pedir la prisión preventiva para ocho de ellos.
Tras evaluar casi 5 terabytes de datos extraídos de los celulares de los rugbiers y los testimonios de las ruedas de reconocimiento -entre otras pruebas- Zamboni puntualizó una serie de «elementos suficientes e indicios vehementes» contra ellos.
Máximo Thomsen (20): imputado como coautor de «homicidio agravado por concurso premeditado de dos o más personas», fue sacado por la fuerza del boliche Le Brique y vestía «una camisa oscura o negra manga larga arremangada, media abierta arriba, con una bermuda azul oscura corta».
Fue señalado por cinco testigos en las ruedas de presos como «uno de los agresores de Fernando» y reconocido por la mayoría como «el sujeto que le propinara patadas en el rostro (…) ya tendido en el suelo».
También fue señalado como «quien le pegara golpes de puño cuando Fernando estaba de pie e incluso una patada con su pierna derecha en el hemisferio izquierdo de la cara, cuando éste a raíz de un golpe había quedado de rodillas sobre el suelo».
Una testigo lo identificó como quien dijo a viva voz: ‘Quedate tranquila que me lo voy a llevar de trofeo'».
Ciro Pertossi (19): imputado como coautor, «fue uno de los agresores directos de Fernando, que provocara su posterior deceso». Del análisis del celular de otro de los acusados, Lucas Pertossi, surge que, tras ser expulsados del boliche, Ciro se «acerca por detrás» y luego «ataca a la víctima».
Este rugbier fue reconocido por tres testigos «como el sujeto que le pegó a Fernando cuando ya estaba en el piso, en su cabeza, cara, y pecho», y la fiscal se refirió a las imágenes de video que muestran cómo «le propina a la víctima una patada fuerte con pierna izquierda, en la parte del rostro», y que «surge claramente» que «participa activamente de la agresión».
Lucas Pertossi (18): es para la fiscal quien con su accionar demuestra la «premeditación» del crimen, ya que salió del boliche «filmando toda la secuencia de salida» hasta que «va desde el sector en que están pegándole a Fernando, directamente a pegarle patadas al amigo» éste.
«Ha quedado demostrado claramente que (…) filmó, desde el momento que son sacados del interior del boliche bailable Le Brique, hasta el preciso momento que abordaron a la víctima de autos (Fernando Báez), lo que reafirma la premeditación», escribió Zamboni.
Luciano Pertossi (18): reconocido «como uno del grupo de los agresores de Fernando», y de las pruebas se desprende que «sería uno de los sujetos ubicados en la agresión».
Matías Benicelli (20): fue quien abrió la puerta a la policía a las 10.30 cuando se ordenó la aprehensión del grupo, un testigo lo ubicó como «agresor directo» de Fernando y al menos otro lo sitúo «agrediendo también a un amigo, es decir, provocando la sustancial indefensión de Fernando, al haber agredido a quienes pudiesen defenderlo».
Uno de los amigos de Báez Sosa lo identificó como quien le gritaba a Fernando «a ver si volvés a pegar negro de mierda», y para la fiscal, «fue uno de los que le pegó a Fernando (lo que consta en dos filmaciones privadas, sobre todo por su rodete y contextura física)».
Enzo Comelli (19): salió detrás de Thomsen del boliche y al ser detenido presentaba un «hematoma sobre el labio inferior». Zamboni determinó que «fueron contundentes los testigos en cuanto a que sería un agresor directo de Fernando», que «estaba con Máximo Thomsen en el interior del bailable en el que se generó un conflicto con la víctima.
«Premeditadamente agredió a Fernando Báez junto con los restantes imputados, previo repartirse roles para agresor físicamente a la víctima y posteriormente matarla», agregó.
Blas Cinalli (18): «existen sendos elementos probatorios para» ubicarlo «en una participación criminal esencial en la comisión del hecho» y como «agresor directo de Fernando».
En este caso, la fiscal no descarta reformular la acusación respecto a su grado de participación luego de producirse diligencias y pericias pendientes.
Ayrton Viollaz (20): presentaba lesiones «en nudillo derecho del tercer dedo», y la fiscal entendió que «todas la probanzas valoradas» lo «ubican claramente junto a Fernando pudiendo quizás tratarse de un agresor directo (lo cual se halla en plena etapa investigativa)», por lo que consideró «reunidos los elementos que permiten acreditar prima facie (…) la esencial participación criminal en el hecho».