El ministro de Economía, Sergio Massa, le indicó a Silvina Batakis, la presidenta del Banco Nación (BNA), que despida a María del Carmen Barros, gerenta general de la entidad.
La ejecutiva había quedado envuelta en un escándalo luego de que trascendiera mediáticamente que cobra un sueldo de 9 millones de pesos, que había contratado a la Verónica Laura Asad, conocida como “Pitty, la numeróloga”, para un coaching por $1.800.000 y por la designación de Héctor Javier Silva, exmarido de Batakis, en el cargo de Gerente de Sistemas del BNA, y de Juan Pablo Pedemonte, hijo de Barros, al frente de una gerencia en la casa matriz del banco.
“No podemos tener otro tema vinculado a la corrupción”, le habría ordenado Massa a Batakis, luego de que este fin de semana estallara el caso que involucra a Martín Insaurralde, que tuvo que renuncia a su puesto de jefe de gabinete bonaerense y candidato a concejal por Lomas de Zamora, luego de que trascendiera un supuesto viaje suyo a Marbella, en España, con la modelo Sofía Clérici.
El fin de semana trascendió que el Banco Nación le inició un sumario a Barros por el caso de Pitty la numeróloga y otras contrataciones. En el banco aseguraron que detrás del caso –que sacó a la luz un informe del programa Periodismo para Todos (PPT)– está “la mano de la cerealera Vicentin”.
Luego de que se hizo público el caso, la diputada nacional Graciela Ocaña realizó una denuncia ante el juzgado federal 9, a cargo de Daniel Rafecas, quien giró la denuncia al fiscal Guillermo Marijuan. Éste, a su vez, ordenó el allanamiento del banco e imputó a Batakis y a Barros, por los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público, defraudación contra la administración pública, administración fraudulenta y peculado y dispuso una serie de medidas de prueba.
Además de las contrataciones de ”Pitty, la numeróloga”, Silva y Pedemonte, el fiscal apuntó también al nombramiento de Maximiliano Piantanida, amigo de Barros, como Gerente Departamental del BNA y la autorización de Batakis para que Barros perciba diversos plus y premios que suman un sueldo mensual de unos $9 millones, y al hecho de que Juan Manuel Romero, pareja de Barros, perciba $700.000 aunque, según la denuncia de Ocaña, “prácticamente no va a trabajar”.
En el entorno de Batakis señalaron que el directorio del Banco “desconocía completamente” la contratación de Asad, “por tratarse de competencias de la gerencia” y que por eso se instruyó al área de legales a iniciar “un sumario a la gerenta general, María Barros”.
Con respecto a Silva, fuentes del banco aseguraron que “es Técnico electrónico, especializado en Administración de Sistemas, Redes e Infraestructura Tecnológica, con amplia experiencia laboral en el área de Sistemas” y que esa razón “ha sido contratado en el BNA como Analista de Procedimiento en el área de Tecnología, Organización y Operaciones”. Además, subrayaron, “no ocupa ningún cargo jerárquico, prestando exclusivamente los servicios para los cuales fue contratado. No es gerente y no cobra como gerente”.
La contratación de Silva, agregaron, “fue aprobada por el Directorio y obedece a las necesidades de profesionales y/o técnicas detectados por el área competente en Casa Central” y fue precedida por el estudio de “perfiles específicos, que fueron entrevistados y evaluados técnicamente por profesionales del área a cubrir”. De hecho, señalaron, “ingresaron 5 técnicos por misma resolución”.
Además, como se dijo, desde el banco vincularon la difusión de los hechos a la causa de la cerealera santafesina Vicentin, la empresa en concurso de acreedores que en 2020 el gobierno intentó intervenir. “La escalada mediática ocurre a días de haber recibido la noticia de que el juez del caso Vicentin abría el período de Cramdown o Salvajate, donde Silvina Batakis expresó que el BNA estaba trabajando “para poder recuperar el préstamo de USD 300 millones otorgado por la gestión anterior a la empresa cerealera, aún en conocimiento de su quiebra”.
Las fuentes agregaron: “También en coincidencia, la Justicia puso en suspenso la medida”.
Infobae