La carta fue presentada tras una reunión que mantuvo con Nicolás Pino el martes. El abogado y empresario ganadero era miembro del Directorio del Conicet junto a Roberto Rivarola, Mario Pecheny, María Laura Correa, Luz Lardone y Jorge Aliaga.
Según García Solá, dentro de los objetivos que quiso alcanzar durante su gestión se encontraron la “profundización de la transferencia de tecnología desarrollada en la Red de institutos y Laboratorios del CONICET al sector agropecuario y sus empresas”.
“En eso no me voy satisfecho”, sostuvo. “Si como ejemplo bastara un botón, ahí tenemos la interrupción de la alianza que estaba en ciernes entre SRA, CONICET, la Universidad de la Plata y las Asociaciones de criadores para transformar nuestro Laboratorio de Genética Aplicada en un Centro de Análisis e Investigación Genómica multiespecie, que llevará a consolidar el liderazgo argentino en selección genética en Latinoamérica”.
“Cuando estábamos a solo un paso de que se concretara el inicio de las compras del equipamiento y de la firma del Convenio asociativo, cambiaron los actores y todo se paralizó”, aseguró.
“Las renuncias, señor Presidente, siempre tienen un motivo. En general, el renunciante alega motivos de índole personal – que siempre lo son, en alguna medida-. No me siento abarcado en esa categoría y usted lo sabe. Y como no era mi voluntad hacerlo, me pareció en sintonía con el tipo de relación que siempre tuvimos, explicitar en todo lo que fuera posible en el marco de la prudencia, mi disenso con la causa que seguramente lo llevó a usted a hacerme esta solicitud. El tiempo dirá”, escribió García Solá.
También expresó «en la historia reciente de la Humanidad, jamás se alcanzó la libertad económica, en la que coincidimos y por la que bregamos en la SRA, sin libertad política, libertad de pensamiento y disenso democrático, sin respeto a las ideas del otro, sin tolerancia y sin justicia en la distribución de los bienes».