El Gobierno acordó la medida con las petroleras. Irán reduciendo el precio interno del crudo.
En medio de la crisis por el aumento de tarifas, el ministro de Energía de la Nación, Juan José Aranguren, se hizo un tiempo para arreglar con las petroleras el congelamiento los precios de las naftas y el gasoil por 90 días. Así, volvió sobre sus pasos el acuerdo de aumentar los combustibles un 5% este mes y otro tanto en noviembre.
La intención del Gobierno es ir hacia una política que haga converger los valores locales del petróleo crudo con los internacionales. Actualmente, los precios internos son más altos en comparación con el resto del mundo y están subsidiadas sus exportaciones. Se trata de una política que se viene aplicando hace dos años, como forma de generar incentivos a la producción y rentabilidad del sector.
El pacto se firmó ayer por la tarde entre representantes de YPF, Shell y Pan American Energy. Además del congelamiento por tres meses de los precios de la nafta y el gasoil, el convenio incluye una baja gradual del petróleo, que será del 2% este mes, de 4% en septiembre, y 6% en octubre.
Actualmente, el barril de crudo está fijado en $54,9 para el tipo Escalante, que se extrae del Golfo San Jorge, y en $67 para el Medanito, producido en Neuquén. En Estados Unidos, el «light sweet crude» (WTI), referencia del crudo en Estados Unidos, para entrega en setiembre se ubicaba en los 43,51 dólares en el New York Mercantile Exchange (Nymex), mientras que el mismo producto estaba en 66 dólares en la Argentina.
Con la paulatina quita del subsidio, se prevé que el acuerdo termine afectando el nivel de actividad del sector, por lo que incluye un entendimiento que no afecte la paz social con los sindicatos y las provincias.
El año que viene será dificílisimo para todos
El compromiso firmado entre las distintos partes supone la creación de una mesa de diálogo que discuta la productividad de la actividad petrolera, a tono con el objetivo de «readecuar la industria a la situación del escenario internacional por debajo de los U$S50 el barril».
Se espera que esta intención oficial genere una mayor conflictividad o tensiones con la parte sindical, que encabezó ya varias protestas y paros en estos meses por la caída de la actividad. Es que la nueva directiva no solo podría impactar en suspensiones y despidos, sino que se revisarán cuestiones que afectarán las condiciones de trabajo de los empleados del rubro, como el régimen laboral y la polivalencia de tareas, entre otros puntos demandados por las grandes empresas.
Preocupación sindical
En sintonía con este cambio de dirección, el secretario general del Sindicato de Petroleros Privados, Jorge Ávila vaticinó ayer que el valor interno del barril de crudo será liberado en enero y que bajaría a los niveles internacionales.
«El año que viene será dificilísimo para todos, pero tiene que haber inversión porque sin inversión el país se va a quedar sin energía», advirtió el gremialista al evaluar lo que vendrá tras la eliminación de la compensación a las petroleras.
Según dijo, el sindicato había planteado en reuniones con el Gobierno que «los trabajadores no quieren vivir subsidiados toda la vida», pero reconoció que la liberalización de los precios podría generar desocupación en el rubro.
En este sentido, Ávila advirtió que las empresas «quieren echar a todos», entre ellas la firma Tecpetrol, que ya anunció 188 despidos. «Para nosotros no fue una sorpresa, porque a este Gobierno siempre lo consideramos que venía para hacer un achique y ajuste. Todavía queda afrontar un 2017 complejo», sentenció el dirigente.
Infobae