Los incidentes violentos que ocurrieron en Mar del Plata llevaron al Gobierno a cambiar. Cómo opera y quiénes integran los tres anillos de seguridad que empezaron a cuidar al Presidente.
Mauricio Macri aceptó modificar el anterior esquema en el que no había coordinación entre las fuerzas de seguridad y se evitaba dar información sobre los actos oficiales
Después de reiterados sustos, que tuvieron su pico con los piedrazos que recibió en la visita al barrio Belisario Roldán, de Mar del Plata, el presidente Mauricio Macri aceptó un protocolo de seguridad estricto y coordinado para sus salidas al interior, que son prácticamente cotidianas.
Arranca con algo tan simple como el informe de la agenda de Macri a los integrantes del nuevo esquema de seguridad presidencial, y con el adelanto suficiente para que sea posible realizar una inteligencia previa de la zona a visitar, que ahora es responsabilidad de la Policía Federal u otra fuerza de seguridad federal que tenga despliegue en el terreno que visitará el Presidente. El secretario General de la Presidencia, Fernando de Andreis, es el encargado de adelantar esa información básica, algo que -justamente por razones de seguridad- no quería brindar.
También se decidió un triple anillo de custodia. El primero, controlado por el jefe de la Casa Militar, José Luis Yofre, general de brigada que era director de Remonta y Veterinaria del Ejército Argentino. El segundo, por las fuerzas de seguridad federales, ya sea PFA, Gendarmería o Prefectura, de acuerdo al lugar. El tercero por las fuerzas de seguridad locales.
Los incidentes de Mar del Plata llevaron al Gobierno a redoblar las medidas de seguridad
La primera vez que se implementó el nuevo protocolo de seguridad presidencial fue cuando el Presidente viajó a Mendoza el pasado 17 de agosto y se hizo una evaluación positiva del desempeño de las fuerzas coordinadas bajo un mismo protocolo. Las visitas que siguieron a partir de entonces, como el timbreo en San Miguel y la visita a la droguería de Sarandí también fueron exitosas en materia de seguridad y sus responsables consideran que se dio un salto cualitativo en la materia.
Macri arrastra problemas en su custodia desde que asumió la Presidencia. Arrancó con el teniente coronel Agustín Rodríguez, quien coordinó incluso el traumático operativo del traspaso presidencial, pero el 30 de diciembre se hizo cargo Jean Pierre Claisse, que llegó a ser considerado el «James Bond» macrista, luego de haberse desempeñado durante seis años como jefe de Operaciones de la Casa Militar y jefe de Seguridad de la Quinta Presidencial de Olivos. Sin embargo, el 16 de febrero, fue desplazado sorpresivamente y se hizo cargo Jofre, quien, con más de 100 efectivos, tampoco pudo evitar los malos tragos.
El principal escollo para organizar un protocolo coordinado partía de la decisión de la Secretaría General de no adelantar la agenda presidencial, en un intento por evitar que se organicen grupos para agredir al Presidente. Como las agresiones continuaron, es decir, la información trascendía, se aceptó este nuevo protocolo.
Los tres anillos de seguridad que rodearán al presidente Macri tendrán la misión de estar coordinados y evitar situaciones como las de Mar del Plata
Una fuente de seguridad le dijo a Infobae que «estamos convencidos de que hay un núcleo duro que toma el nombre de distintas agrupaciones, pero que es siempre el mismo, decidido a buscar fotos que lo muestren al Presidente rodeado de protestas, tratando de que los argentinos crean que hay un gobernante ilegítimo». Según este experto, cuentan con herramientas tecnológicas obtenidas en el gobierno anterior y recursos humanos en la administración nacional, que le permiten acceder a información y a la privacidad de la gestión.
Las máximas autoridades del Gobierno negaron enfáticamente que se hayan arrojado piedras al auto presidencial. Incluso De Andreis, que estaba en el auto con Macri en ese momento, dijo en declaraciones por radio que no se habían dado cuenta. Sin embargo, Infobae pudo saber que el Presidente llamó enfurecido a un ministro para quejarse por la situación que vivió en Mar del Plata. El nuevo protocolo fue decidido a partir de ese episodio.
En el timbreo del fin de semana, Macri y el gobierno probaron en toda su dimensión el nuevo protocolo de seguridad
Macri necesita espacio a su alrededor, sentirse libre. Le disgusta que muchos sepan cada cosa que hace. Pero por los cambios adoptados, parece que empieza a aceptar que ser Presidente conlleva también ese carga.
Infobae