El ministro de Justicia, Germán Garavano, aseguró que están trabajando para que el Estado dé respuestas a los reclamos de seguridad. Condenó los casos de justicia por mano propia y pidió que la población acuda a las instituciones para repeler el delito
Marcelo Tinelli se hizo eco de un reclamo a gritos de gran parte de la sociedad y exigió seguridad y leyes más duras para perseguir a los delincuentes. La primera reacción oficial por los dichos del empresario llegó en boca del ministro de Justicia, Germán Garavano, quien aseguró: «Las leyes tienen que ser justas, no duras».
«Es comprensible, pero no comparto. Lo que sí necesitamos es esta respuesta del Estado que muchas veces estuvo ausente. Los jueces pensaron que con salidas rápidas estaban haciendo un bien y en realidad le hacían un mal al victimario que cometió un delito y a toda la sociedad», declaró Garavano en diálogo con Luis Novaresio en radio La Red.
El caso que despertó la reacción del conductor y vicepresidente de San Lorenzo fue el asesinato de Mabel de Rocha, una almacenera que fue asaltada, no se resistió e igualmente la mataron a puñaladas. Por el crimen aún no hay personas detenidas.
Garavano aseguró que ve con «tristeza» y «preocupación» los casos de justicia por mano propia como el del carnicero de Zárate y si bien dijo que «entiende» esas reacciones, fue enfático al asegurar que ese no es el camino.
«Yo entiendo la decisión difícil que se está viviendo, pero no hay que reaccionar. La gente tiene que llamar a las fuerzas de seguridad e ir a la Justicia. El camino es ese, porque además (si se reacciona) también se pone en riesgo la vida de la persona», explicó el funcionario.
La idea del Gobierno es empezar a cambiar algunas señales en la Justicia. De hecho, explicó Garavano, las reformas que están analizando para el Código Procesal Penal contemplan criterios más restrictivos sobre qué significa el peligro de fuga o entorpecimiento del accionar de la justicia, dos instrumentos que los jueces analizan a la hora de excarcelar a una persona acusada de un delito.
«Venimos de un deterioro enorme del Estado y de sus fuerzas de seguridad. Esto no puede cambiar de un día para el otro. Después de 10 años de ignorar este problema (el de la inseguridad), se generaron un montón de problemas (sic). Pero lo que más incide en el aumento del delito es la desigualdad», completó.
Infobae