El final de una crónica anunciada, el desguace de los medios públicos. El Hernán Lombardi hizo los deberes y empezó la limpieza en Télam.
El macrismo se la tenía jurada y cumplió. Los trabajadores de la Agencia de noticias Télam se encuentran en estado de shock, pero preparados para dar la batalla que les toca: defender sus puestos de trabajo y la libertad de prensa.
En la mañana de hoy llegaron varias decenas de telegramas de despido, se sabe según adelantó el titular del sistema de Medios Públicos, Hernán Lombardi que son 354, pero hay dudas sobre las jubilaciones anticipadas, lo que podría superar las 400 desvinculaciones
Luego de varias jornadas de protesta, el directorio de agencia informó hoy, a través de un vergonzoso comunicado en su portal web, la decisión de desvincular trabajadores que “no responden al perfil” que buscan.
El comunicado inicia, como era de esperar, apelando a la “pesada herencia K”, “En el camino de modernizar y de profesionalizar la empresa, y luego de una minuciosa evaluación en cada área, hemos decidido desvincular a empleados que no responden al perfil que buscamos para una agencia pública de noticias que debe avanzar hacia un mejor y eficaz funcionamiento”, explicaron sobre la decisión que tomaron.
Además informaron que a los despedidos ya se les envió la carta documento el pasado viernes, y adelantaron que se les pagará la indemnización que establece la Ley.
Por este motivo, las trabajadoras y los trabajadores de Télam, la agencia pública de noticias y publicidad, se encuentran de paro total de actividades y con la ocupación y permanencia pacífica de sus dos sedes en Buenos Aires.
Durante una la asamblea de urgencia convocada por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) y el Sindicato de Trabajadores de Prensa (Sitrapren), en la puerta del histórico edificio de Bolívar 531 apenas conocidos los primeros despidos. Se recordaron las exitosas experiencias que revirtieron los cierres de 1996 y 2000 (cuando la agencia también era presidida por Rodolfo Pousá, el actual presidente) y se exhortó a pelear por defender la existencia de Télam y los medios públicos.
Con un extraordinario nivel de cinismo y perversión -informaron-, Lombardi anunció los despidos masivos como una buena noticia, con un llamado a construir una “nueva Télam” luego de promover una suerte de limpieza ideológica de aquellos trabajadores que -dijo- ingresaron en el gobierno anterior. Un discurso insostenible y falso. Los despidos consumados hoy responden a trabajadores de todos los sectores, de toda antigüedad, de todas las pertenencias políticas. Lo que hay es un desguace: un proyecto para desmantelar a los medios bajo gestión estatal y entregar el sistema de medios en favor del capital concentrado de la industria.
Las trabajadoras y los trabajadores de Télam convocaron a una nueva Asamblea General para mañana miércoles 27 a las 12 en la puerta del edificio de Belgrano 347.
Comunicado completo:
Como tantos organismos y empresas del Estado, la Agencia Télam que heredamos también fue víctima de la irresponsabilidad y del desmanejo del gobierno anterior, que utilizó “lo público” para fines político-partidarios.
En 2003, la Agencia contaba con 479 empleados; en 2015, antes de que asumiera el nuevo gobierno, Télam había duplicado su plantilla y alcanzó los 926 empleados. Seis de cada diez ingresos fueron contratados para tareas periodísticas. Sin embargo, la mayoría de las incorporaciones no contaban con formación ni experiencia en el área. Confundieron periodismo con propaganda partidaria.
El abuso sistemático fue tal que en aquellos años incluso se utilizó el reparto de la pauta publicitaria de forma arbitraria y abusiva, confundiendo la labor periodística con las campañas políticas y manchando a la Agencia con casos de corrupción.
Desde que asumió el nuevo directorio, en enero de 2016, nos encontramos con una Agencia en una situación económica y financiera compleja y delicada. Sobredimensionada en cantidad de gente, desarticulada desde lo administrativo y muy desprestigiada en lo periodístico. Por ello nos propusimos hacer de Télam una agencia de noticias confiable y respetada en la Argentina, haciéndola más austera y eficiente con los recursos del Estado.
En dos años y medio fue mucho lo que avanzamos. Se lograron poner en orden los números dudosos heredados, se mejoraron los contenidos con información confiable y se hizo una fuerte apuesta e inversión en nuevas tecnologías. Aumentó la cantidad de abonados y se sumaron clientes a nivel internacional que volvieron a confiar en Télam.
Sin embargo, la oposición demostrada por 44 delegados sindicales, que realizaron 61 medidas de fuerza en dos años y medio, pone en evidencia el hostigamiento del que fue víctima el directorio en una empresa del Estado que paga puntualmente los salarios, respeta las leyes y los convenios laborales y preserva las condiciones de trabajo.
Así construyeron un complejo entramado sindical, empresarial y legal para mantener cautiva a la agencia y coartar el trabajo libre de los verdaderos periodistas que se desempeñan en la empresa. Pretenden apropiarse de la línea editorial de la agencia pública de noticias como si fuera un botín político.
El esfuerzo de dos años y medio por profesionalizar la empresa siempre chocó con un grupo que confunde privilegios con derechos. Hoy, las decisiones de la Justicia nos permiten avanzar.
En el camino de modernizar y de profesionalizar la empresa, y luego de una minuciosa evaluación en cada área, hemos decidido desvincular a empleados que no responden al perfil que buscamos para una agencia pública de noticias que debe avanzar hacia un mejor y eficaz funcionamiento.
A esos empleados se les envió la carta documento correspondiente el viernes pasado y se les pagará la indemnización que establece la ley.
La nueva Télam será una agencia moderna, confiable y multiplataforma; líder en el mercado informativo nacional y regional, con proyección internacional, recuperando el orgullo de ser una empresa pública argentina y reconocida en todo el mundo por su confiabilidad.
Télam tiene futuro y seguirá informando.
El directorio de la Agencia Télam