El 47,4% de los niños y adolescentes menores de 14 años viven en situación de pobreza. La tasa de pobreza e indigencia afecta más a los centros urbanos del norte del país.
Fueron 29 meses de apagón estadístico. El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) finalmente publicó los datos oficiales que vuelven a darle credibilidad al instituto tras una década de manipulación. El 32,2% de los argentinos son pobres, mientras que la indigencia llega al 6,3 por ciento de la población.
Los datos que corresponden al segundo trimestre del año se anunciaron en una conferencia de prensa encabezada por el director del organismo, Jorge Todesca, y al poner la lupa sobre los niños y adolescentes, el dato es aún más preocupante. El 47,4% de los niños y adolescentes de hasta 14 años viven en hogares pobres.
Ese porcentaje representa a 2.850.900 niños y niñas de los 6.011.421 que habitan en los 31 aglomerados urbanos que releva el Indec, ya que el 22,1% de la población total relevada son chicos de entre cero y 14 años.
La directora de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), Cynthia Pok, explicó en diálogo con Infobae tras la conferencia de prensa que este número surge al «considerar al conjunto de menores de 14 años como un 100 por ciento, y es por eso que casi la mitad forma parte o vive en un hogar pobre».
En cambio, si se dividen los grupos poblacionales por la condición de pobreza según el tramo de edad, el 32,5% del total de pobres son menores de entre cero y 14 años. Esto evidencia que los niños y niñas del país son más vulnerables a la pobreza, ya que están sobrerepresentados sobre su total poblacional del 22 por ciento.
Para la directora del Programa de Protección Social, Gala Díaz Langou.»los niños son los más perjudicados en esta distribución. Son a quienes deberíamos estar brindando las mejores condiciones y, en realidad, es en quienes concentramos la pobreza».
Cambios hacia delante
El fin del apagón estadístico fue seguido de las palabras determinantes del presidente Mauricio Macri. «Este punto de partida es sobre el cual acepto ser evaluado como presidente», aseguró en una conferencia de prensa en la residencia de Olivos tras difundirse los datos oficiales.
Al asumir su mandato, una de las promesas que mantuvo fue que el país llegaría a la pobreza cero. Pero aclaró: «En cuatro años es obvio que no se alcanza». El dato que esta vez publicó el Indec está delimitado entre abril y junio de 2016 por la crisis estadística, aunque luego se volverá a la cronología habitual, que es cada seis meses.
«El Indec puso la verdad sobre la mesa, ya no habrá más manipulaciones ni mentiras», concluyó Macri.
La tasa de pobreza es del 32,6% en los centros urbanos de Argentina, pero es mucho mayor en el norte (casi un 40%) y menor en el sur (24%). Hacia delante, los funcionarios del Indec están trabajando en un índice que no sólo mida la tasa de pobreza e indigencia en los centros urbanos del país más grandes, sino también en las zonas rurales, para saber en detalle qué sucede a nivel nacional.
Este no es el único cambio que buscará introducir Todesca en el Indec en los próximos años. El índice actual se mide por ingresos, al considerar el acceso a la Canasta Básica Total para la pobreza ($416 diarios) y la Canasta Básica Alimentaria para la indigencia, unos $173 para la familia tipo de cuatro integrantes.
Macri: “El Indec puso la verdad sobre la mesa, ya no habrá más manipulaciones ni mentiras”.
Sin embargo, hay otras formas de medir la pobreza, por ejemplo, desde una dimensión multidimensional, utilizando datos relevados por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). «Es reexplotar indicadores que ya se miden y existen», explicó Pok.
Esta dimensión -que ya es evaluada por el índice de pobreza que calcula la Universidad Católica Argentina (UCA)- incluye cuestiones como el índice de privación material de los hogares, la educación, la salud y el nivel de vida, por lo que va más allá de los ingresos. «No hay fecha para esta nueva dimensión, es parte del trabajo de generar un Indec integrado al mundo».
Hernán Letcher, del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), explicó que el método de estimación de pobreza por ingresos es «indirecto», en tanto considera pobres e indigentes a aquellos que no cuentan con recursos monetarios suficientes para satisfacer sus necesidades básicas, tomando para el análisis sólo una dimensión, que es el ingreso monetario.
El estudio privado del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA había arrojado a fines de 2015 que el 29% de la población era pobre, mientras dentro de ese total el 5,3% se encontró en la indigencia. Ese informe ya confirmaba, en años sin estadísticas, que tres de cada 10 argentinos son pobres.
Jorgelina Do Rosario
Infobae