El presidente Mauricio Macri eligió a un periodista muy poco incisivo y nada preparado para refutar sus mentiras sistemáticas. El presidente cerró el año con un cinismo inusitado.
El presidente Mauricio Macri aprovechó la entrevista realizada por un Alejandro Fantino muy poco preparado para encarar a un Jefe de Estado que aprovechó para expresar ideas que representan totalmente lo contrario de lo que hace su gobierno y que su interlocutor no supo, no quiso o no pudo refutar. Mentiras, consignas de campaña y muy poco periodismo. así fue la entrevista de Animales Sueltos al presidente de la Nación.
Una de las frases que más odio despertó, a pocos días de haberse aprobado la reforma previsional que recorta los aumentos a los jubilados, fue: “Mis ejes son los abuelos y la niñez”. Justamente los niños son el otro gran sector perjudicado por el fin de la movilidad, ya que la AUH también se ve afectada por la nueva ley.
En este sentido, Macri afirmó que han “establecido una nueva fórmula para ajustar las jubilaciones”, y, luego que Fantino le preguntara si está en condiciones de “asegurar” que los salarios de los jubilados no se verán afectados, el Presidente sentenció que “de ninguna manera”.
“¿Y entonces por qué se armó tanto lío?”, le repreguntó Fantino, a lo que Macri, ya visiblemente ofuscado, atinó a contestar: “Porque claramente ha habido una intencionalidad política. La fórmula anterior era un engendro”.
En otro tramo se refirió a los parientes en el Estado. “La política no puede utilizar al Estado para beneficiar a sus amigos y a su familia”, expresó sin ponerse colorado y pese a las innumerables denuncias de nepotismo que existen en su gobierno.
También recurrió a la penosa estrategia de la victimización: “Hay sectores que sueñan que me vaya en helicóptero”, dijo el mandatario, en directa alusión a los episodios que se vivieron el lunes en los alrededores del Congreso.
Respecto a su ominoso pacto con los gobernadores, que en busca de recursos provocó el recorte a jubilados a cambio de fondos para las provincias, en particular para su preferida, Mariu Vida, el mandatario blanqueó su malestar con varios gobernadores que dieron su aval a las reformas que impulsó la Casa Rosada y que luego no tuvo su correlato en el apoyo parlamentario que había exigido de los diputados que responden a los mandatarios provinciales. “Hubo gobernadores que cumplieron su compromiso, y otros que no. A estos les digo que a mí me educaron que lo que se firma, o más aún cuando vos diste tu palabra, se tiene que cumplir”, puntualizó.
En otro tramo, Macri defendió lo que él llama la política gradualista. “Estamos lejos de equilibrar el déficit. Algunos dicen que somos ajustadores seriales y otros que hacemos kirchnerismo con buenos modales, pero nosotros queremos hacerlo gradualmente. Queremos equilibrio fiscal, porque cuando uno tiene eso, no depende de nadie. Ojalá que los argentinos vayamos internalizando que aquellos gobernantes que gastan mucho más de los impuestos que nosotros pagamos, son malos gobernantes”, destacó el presidente.
En 50 minutos, Alejandro Fantino no le preguntó por los innumerables casos de corrupción que pesan sobre él y sus funcionarios. No se habló del vergonzoso blanqueo de familiares, amigos y funcionarios de gobierno, tampoco de la vía libre para reprimir cualquier protesta social. No se tocaron temas como las maniobras de compra de dólar futuro cuando los mismos que se enriquecieron fueron los que fijaron el valor de la divisa. La ominosa transferencia de recursos de los sectores más humildes a los poderosos terratenientes y el poder económico concentrado tampoco formó parte de la charla. Otro tema que quedó afuera es la virtual privatización de las obras de vialidad, que pasarán a una empresa privada que no estaŕa sometida a las reglas de juego de contrataciones del Estado. Y un tema fundamental: las pymes, el empresariado nacional se viene fundiendo producto de la apertura de importaciones, la caída del mercado interno y los impagables tarifazos. Esto provocó el cierre de más de 7 mil empresas y cientos de miles de despidos que aún no fueron recuperados.