Las mayores diferencias se dan en el consumo de las heladeras, la iluminación, el lavarropas y los televisores.
Es probable que una pareja que viva en un departamento de dos ambientes y tenga un hijo, pero no haga un uso eficiente de la energía, pague a partir de marzo unos $ 420 mensuales, en línea con las nuevas tarifas que rigen desde ayer. En cambio, una familia compuesta por los mismos integrantes, pero que hayan desarrollado un uso eficiente de los recursos, desembolsará $ 211 por mes, casi la mitad. Además, los últimos habrán sufrido un incremento del 60% en la tarifa eléctrica, como anunció anteayer el ministro de Energía, Juan José Aranguren, mientras que para los primeros habrá sido del 70%.
Son los premios y las penalizaciones del ahorro energético, un concepto que el Gobierno quiere instituir en la sociedad. El presidente Mauricio Macri se autoproclamó abanderado de esa línea.
Por caso, Andrea Heins, subsecretaria de Eficiencia Energética, sostuvo semanas atrás: «Si todos ponemos el aire acondicionado a esa temperatura [24 grados] en un día de calor se pueden ahorrar 850 MW de potencia. Esto es más que la potencia de Atucha II, de 745 MW».
Según los números oficiales, un hogar promedio que no esté preparado para usar la electricidad de manera eficiente consume a razón de 300 kWh por mes, mientras que una casa de las mismas características, pero aggiornada, utilizará sólo 147 kWh.
El análisis está hecho para una casa que tenga un acondicionador de aire de 2200 frigorías encendido cuatro horas diarias 22 días al mes; una heladera con freezer, el uso de tres ciclos por semana en agua fría de un lavarropas, 10 minutos por día de microondas, cuatro horas de televisión, iluminación, una laptop y media hora diaria de plancha.
Para hacer sus cálculos, el Gobierno estima consumos similares en computadoras, planchas y microondas en casas eficientes e ineficientes en términos energéticos, ya que no hay un régimen de etiquetado vigente para esos artículos (el método de identificación que distingue a los aparatos).
En cambio, las diferencias entre otros aparatos pueden ser llamativas. Una heladera con más de 10 años puede tener un consumo diario de 2,10 kWh, mientras que el mismo aparato etiquetado con la denominación A utilizaría 0,97 kWh, es decir, menos de la mitad.
Un acondicionador de aire, el aparato de mayor consumo eléctrico del hogar, que tenga la misma etiqueta, puede consumir 1,98 kWh, mientras que un aparato con más de una década no bajaría de 2,93 kWh.
El lavarropas es otro artefacto con fuerte incidencia en la factura de los hogares. Un aparato nuevo y eficiente usa 0,19 kWh, menos de un 30% que un equipo viejo.
Los artefactos de iluminación son también clave. Quien aún utilice lámparas halógenas gastará 2,70 kWh, pero quien haya invertido en al menos cambiar 70% de ellas por unidades de bajo consumo y el 30% restante por LED, gastará 0,56 kWh.