Juan Pablo Fernández, fiscal general de Bahía Blanca, detalló las extorsiones del jefe de la UOCRA de Bahía Blanca. La causa comenzó tras comentarios recibidos por la gobernadora Vidal.
Pocos se animaron a denunciar a lo largo de la última década a Humberto Arnaldo Monteros, el temido jefe del sindicato de obreros de la construcción de Bahía Blanca. «Hubo pocas denuncias, aisladas, había mucho temor. Los empresarios preferían pagar y asimilarlo como un costo», aseguró el doctor Juan Pablo Fernández, fiscal general de Bahía Blanca. «Es gente muy pesada, capaz de hacer un gran daño. Es entendible que muchas veces esta gente que resulta víctima no se anime a decirlo en una denuncia judicial», precisó.
Fueron comentarios recibidos por la gobernadora María Eugenia Vidal sobre presuntas extorsiones hechas a constructores por José Bernardo Burgos, número dos de Monteros, lo que disparó la causa, conducida por el fiscal Gustavo Zorzano con tres meses de investigación y una redada masiva a cargo de la Policía Bonaerense hecha esta madrugada.
Monteros fue capturado en Monte Hermoso, localidad playera cercana a Bahía Blanca. Registrado en la AFIP como empresario pero sin empresas a su nombre, el jefe sindical cayó con cinco millones de pesos y cien mil dólares. También cayó su segundo, junto con otros ocho sindicalistas bahienses, diez detenciones para 19 allanamientos en total. Monteros y Burgos fueron definidos por el fiscal general como «los cabecillas de una asociación ilícita destinada a extorsionar empresarios de la construcción».
El modus operandi, aseguró Fernández, era «exactamente igual» al que se le imputa a «Pata» Medina, ex jefe de la UOCRA de La Plata. Apretaban «para que les entreguen determinadas sumas de dinero y contraten servicios como baños químicos, viandas, indumentaria para empleados que pertenecían a ellos mismos o a sus familiares, cobrando un sobreprecio importante», dijo el fiscal.
«Extorsionaban a través de la paralización de las obras, con asambleas, piquetes, bloqueos y quemas de gomas que hacían que las obras se demoren en el tiempo y generaba un perjuicio económico importante al empresario que se veía compelido», continuó.
Los casos de extorsión contados, aseguró Fernández, son más de 30. Se encontró una escasa cantidad de droga también, unos pocos gramos de cocaína, aparentemente para consumo personal.
Infobae