Dejará de regir a fin de año la fórmula que permite un ajuste trimestral y el valor se acomodará al precio internacional del barril del crudo; trabajan en un cambio impositivo para que no haya un impacto demasiado brusco sobre los consumidores.
El precio de los combustibles será liberalizado a partir de principios del año próximo para moverse de acuerdo a la evolución del barril internacional del petróleo.
Así lo confirmaron a LA NACION dos fuentes oficiales, que indicaron que a fin de este año, luego del vencimiento del acuerdo entre los grandes actores del sector para ajustar el precio en forma trimestral, el valor de la nafta y el gasoil variarán de acuerdo a la cotización del crudo.
En el Ministerio de Energía confirmaron que en 2018 «se liberará» el precio de los combustibles, aunque aclararon que, para evitar que una suba fuerte del crudo impacte demasiado en el precio minorista, «se trabaja en un proyecto de ley de carácter impositivo que actúe como buffer, para amortiguar tanto la suba como a la baja».
En este sentido, una de las ideas la aportó el presidente de YPF, Miguel Gutierrez, quien dijo que, si se modificara, el impuesto sobre los combustibles podría actuar como este «buffer» para evitar una volatilidad excesiva de los precios al consumidor.
En la principal compañía petrolera del país se preparan con entusiasmo para esta nueva etapa y no creen que haya un impacto importante sobre la inflación, un componente clave en la estrategia económica del Gobierno.
Dado que el nuevo IPC nacional no está tan desagregado, la consultora Elypsis calculó que los combustibles tienen una ponderación del 3,2 por ciento en el índice de precios que publica el Indec.
En el resto del sector, fuentes también recibieron con optimismo la versión, aunque quieren ver para creer. «El rumor está dando vueltas hace un par de semanas, pero todavía no hubo una comunicación oficial a las empresas», indicó un ejecutivo del sector a LA NACION.
El recoplamiento a los precios internacionales
El ex secretario de Energía Daniel Montamat dijo a LA NACION que, dada la perspectiva del mercado internacional del crudo, «el reacoplamiento a los precios internacionales no va a ser traumática».
«El precio del barril criollo está entre 49 y 55 dólares, muy cerca del valor internacional. Y lo más importante es que este valor mundial bajó más del 30 por ciento en los últimos tres años, así que el alineamientos no tiene por qué ser traumático», sostuvo el especialista.
Por supuesto que, aclaró, más allá de los fundamentos, la geopolítica tiene su influencia en el precio del petróleo, por lo que no hay que descartar una suba importante si, por ejemplo, la tensión entre Corea del Norte y los Estados Unidos se transforma en un conflicto bélico.
Al respecto, Montamat dijo que «es una buena idea amortiguar el impacto externo cambiando el sistema de impuestos sobre los combustibles, con un valor fijo, que estabilice tanto el precio como la recaudación».
A la vez, aclaró que «las decisiones de inversión no dependen tanto de esta modificación, sino del valor internacional del crudo, pero por supuesto que para los inversores es una buena señal que se termine esta separación entre el precio local y el internacional».
Hasta ahora, el cambio en el precio de los combustibles se concreta en forma trimestral, en base al pacto que el Gobierno acordó con las compañías, que se rige por una fórmula integrada por el precio internacional del petróleo, el de los biocombustibles y el tipo de cambio.
Este año, subieron enero un 8%; en abril tuvieron un descenso de 0,1% en naftas y 2,6% en gasoil; y en julio, subieron el 7 y el 6 por ciento, respectivamente.
Desde que asumió el presidente Mauricio Macri en diciembre de 2015, el gasoil subió el 39,8% y la nafta el 40,8%, por debajo del aumento de la inflación, según el economista jefe de Elypsis, Gabriel Zelpo.
El aumento de los precios no es patrimonio exclusivo de este Gobierno: desde que YPF fue estatizada en 2012, el precio subió un 215 por ciento hasta cuando la presidenta Cristina Kirchner dejó el poder.
Tal como informó LA NACION el mes pasado, esta liberalización del precio será la conclusión del trabajo de acoplamiento de precios que inició el ex ministro de Economía Axel Kicillof y que la gestión de Macri aceleró a través de acuerdos promovidos con la cadena productiva del petróleo por el ministro Juan José Aranguren.
Dado que el petróleo representa cerca del 80% del costo de producción de las naftas y el gasoil, su variación inclinará los precios finales que pagarán los consumidores locales y así tendrán una situación más parecida a la de los países vecinos.
En la gestión de Martín Lousteau como ministro de Economía de Cristina Kirchner se aplicaron retenciones móviles al sector, en una medida que, si bien favoreció en forma coyuntural a los consumidores, derivó en una caída constante de la producción local del crudo y en un aumento de las importaciones, con el consecuente aumento del gasto público.
La Nacion