Inflación, ajuste de tarifas y suba del dólar afectan la confianza sobre la gestión. El pesimismo en materia económica alimenta la grieta pero la dirigencia opositora no crece.
Superado el tiempo de la disputa política por las elecciones legislativas y en pleno receso parlamentario, la brecha que divide a la sociedad desde hace varios años se expresa hoy por hoy con mayor intensidad a través de la lectura sobre la economía argentina. En ese terreno, la visión opositora se radicaliza y el oficialismo pierde adhesión entre quienes lo votaron para ejercer el poder. Como resultado de ello, se aprecia que predomina el pesimismo respecto de las principales variables y el futuro de la economía, más allá de que ese escenario no sea capitalizado por ningún referente de la oposición.
Así lo revela la última medición del Monitor del Humor Social y Político que realizó DAlessio Irol/Berensztein en exclusiva para El Cronista. El sondeo, realizado durante el mes pasado a más de 1000 adultos en todo el país, exhibe un incremento en la evaluación negativa sobre la situación económica en la que se encuentra el país respecto de un año atrás. En esa línea se expresaron un 57% de los encuestados contra solo un 40% de respuestas positivas, un registro que marca un piso más favorable para comenzar el año, en comparación con lo registrado en 2017, aunque también señala el peor nivel desde julio pasado, el mes previo al paso por las urnas para las elecciones primarias.
Peor aún es la mirada sobre el futuro que alcanzó un pico de pesimismo desde julio de 2016, cuando comenzó a publicarse el estudio. Para más de la mitad de los entrevistados, la situación económica dentro de un año estará peor, mientras que un 44% cree que mejorará. Los datos son diametralmente opuestos a los recabados en noviembre último y muestran el peor nivel de la serie.
A la hora de analizar las razones, el informe hace hincapié en la incertidumbre asociada a «los rezagos del convulsionado mes de diciembre», en el que fueron protagonistas los enfrentamientos en las calles durante la aprobación de la reforma previsional y la evolución de los precios encendió una luz de alerta.
Cronista
WALTER BROWN