El Banco Central (BCRA) aumentó este jueves los montos máximos que deben habilitar los bancos para las extracciones en cajeros automáticos. El nuevo tope es de $60.000, según establece la Comunicación «A» 8092 que emitió el regulador financiero.
Tal como señala la norma, se establece que «las entidades financieras deberán arbitrar los medios para que, en todos los cajeros automáticos habilitados y operados en el país por ellas, las personas humanas y jurídicas puedan extraer, por día y en una única extracción, al menos hasta $60.000 (pesos sesenta mil), sin distinción alguna entre clientes y no clientes, independientemente del tipo de cuenta a la vista».
No obstante, muchas entidades ya habían aumentado el monto de hecho hace tiempo. «Según el tipo de cliente, se permite retirar hasta más de $200.000», informan desde una entidad. «Nosotros tenemos autorizadas extracciones hasta $400.000 para clientes en los cajeros automáticos propios», cuentan desde otro banco.
Una medida que ya se aplicaba de hecho: qué cambia desde ahora
Con este dato sobre la mesa, la medida parece irrisoria, un mero formalismo que regula algo que ya estaba pasando, pero en realidad sí hace la diferencia para las extracciones de no clientes. Y es que casi todos los bancos autorizan montos máximos mucho menores para este segmento que para los clientes propios.
Así, en un banco señalan que el mayor beneficio es para los no clientes, que muchas veces retiran desde un cajero de otro banco, sobre todo, por ejemplo, cuando no hay disponibilidad de dinero en una terminal de la entidad de la que es cliente, algo que suele suceder algunos fines de semana, sobre todo si son largos, o cuando no tiene una sucursal cerca.
Pero un problema que se está viendo es que mucha de la plata que retiran los clientes por cajero automático va hacia la economía informal. «El tema es que los billetes de $10.000 salen pero no vuelven al sistema. La gente los saca y hace pagos en cash. Muchos se van a la economía informal porque el pago en efectivo abarata mucho los costos y se deshacen más rápido de los papeles chicos, los grandes, los guardan», relata una fuente del sector financiero.
Así, una preocupación que tienen muchas entidades es el traslado de pesos que se escapan del sistema financiero formal hacia el informal, algo que también inquieta al gobierno nacional, que busca desregular la economía y aliviar algo de presión fiscal, pero en ese proceso busca no perder el camino de equilibrio fiscal.
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