Según un informe de la ASAP, en 2016 se gastaron $ 290.000 millones para sustentar servicios; la ley de este año prevé bajarlos a $ 213.000 millones; habrá un ajuste del 26%.
Con el ajuste en las tarifas eléctricas que dispuso a partir de este mes, el Gobierno dio el primer paso en el sendero hacia la rebaja de los subsidios al sector público, que el año pasado totalizaron la friolera de 290.000 millones de pesos, un 45% más que en 2015. El sendero, sin embargo, se presenta por demás empinado ya que, según el presupuesto de este año, el Gobierno debería aplicar un ahorro de poco más de $ 77.000 millones.
Esta cifra representa una reducción del 26% respecto de 2016. Pero para dimensionar mejor lo que significan estos 77.000 millones de pesos de recortes, basta decir que representan diez partidas presupuestarias destinadas a las políticas alimentarias del Ministerio de Desarrollo Social .
El Gobierno, en su meta de bajar el déficit, puso la mira en los subsidios, que el año pasado se dispararon mucho más allá de lo previsto. Según el informe de ejecución presupuestaria 2016 que elaboró la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), las transferencias corrientes (subsidios) totalizaron $ 290.800 millones, superando en 30 puntos porcentuales la suba registrada en 2015.
De esa cifra, el grueso se lo llevan los subsidios al sector energético: según la ASAP sumaron algo más de $ 211.000 millones el año pasado, lo que representa un incremento del 53% interanual. Este repunte muestra un quiebre respecto de la tendencia de 2015, año en que los subsidios energéticos sólo crecieron un 8% respecto del anterior.
El ahorro que pretende ejecutar el gobierno de Mauricio Maci en subsidios energéticos es ciclópeo: según el presupuesto 2017 quiere reducir las transferencias a 140,8 millones anuales, es decir, ahorrarse unos 70.412 millones sólo este año. Habrá que ver si esta vez lo logra, habida cuenta de que las protestas y el rechazo ciudadano lo hicieron fracasar en 2016.
Interrupciones
«Uno de los principales factores que contribuyó a reactivar la dinámica de los subsidios energéticos obedeció a la interrupción de los aumentos en los cuadros tarifarios de los servicios públicos, dispuestos en marzo pasado, y a la devaluación monetaria que el Gobierno aplicó en diciembre de 2015», explicó la ASAP en su informe.
Acosado por el alto déficit, lo cierto es que el Gobierno no tiene ahora demasiadas opciones. De hecho, este derrape en el gasto lo obligó a anunciar, anteayer, subas en las tarifas eléctricas más altas que las previstas.
En efecto, según anunció ayer el ministro del área, Juan José Aranguren, en las zonas de concesión de Edenor y de Edesur los incrementos irán del 60% al 148% en la factura final de los usuarios de la Capital y el conurbano, montos que superan con creces los que se preveían en diciembre. Además regirá un nuevo precio mayorista de la energía, que implicará aumentos en distinta medida para los consumidores de todo el país.
Pero éste no sería el único aumento de este año: fuentes gubernamentales adelantaron que las compañías eléctricas tendrán otro aumento de 19% en noviembre próximo, al que se le podría sumar un incremento adicional para remunerar a la generación de energía. De esa manera, este año terminaría con tres incrementos en la prestación eléctrica, según adelantaron fuentes oficiales.
Transporte
Detrás de los subsidios a la energía eléctrica se ubican en el ranking los subsidios al transporte. En su informe, la ASAP detalló que en 2016 se gastaron cerca de $ 62.300 millones, lo que arroja un incremento del 22% interanual ($ 11.200 millones más). Aquí se destacan los subsidios al transporte automotor ($ 35.400 millones, un 21% de suba), seguidos por los subsidios al transporte ferroviario ($ 23.000 millones, un 39% de suba) y por último, los del transporte aerocomercial, que gastó $ 3800 millones, un 24% menos que el presupuesto asignado.
A diferencia de lo que sucede con la energía eléctrica, en el rubro transporte el Gobierno no prevé un recorte drástico en los subsidios para este año. Según la ley de presupuesto, deberán totalizar unos $ 61.631 millones, poco menos de mil millones de ahorro.
Más allá del sector energético y el transporte, las empresas públicas no vinculadas a esos rubros demandaron en 2016 transferencias para sus gastos de funcionamiento por casi $ 13.000 millones, lo que implicó una suba del 77% interanual.
Entre los principales destinatarios figuraron, según detalla la ASAP, las empresas AySA ($ 5100 millones, lo que significa un aumento del 70%); Radio y Televisión Argentina SE ($ 2370 millones, 35% de suba), y Correo Argentino (gastó $ 2800 millones, con un aumento del 364%).
Aquí, el Gobierno se propone aplicar un ajuste drástico para el presente año; según se desprende del presupuesto 2017, el total de transferencias corrientes para estas empresas públicas no superará los $ 5700 millones. Es decir que el recorte será de al menos un 56% anual.
Fondos en la mira
En el presupuesto 2017 se estima una partida de $ 5600 millones anuales
$ 290.834
millones
Es lo que se gastó el año pasado en transferencias corrientes destinadas a subsidiar la energía eléctrica, el transporte y las empresas públicas. Representa una suba del 45% interanual. El Gobierno prevé reducir esta cifra a 213.314 millones en 2017
$ 211.245
millones
Se gastaron para subsidiar la energía eléctrica. Representa un 53% más que en 2015. El Gobierno pretende reducir este monto a $ 140.833 millones este año
$ 62.300
millones
Se destinaron a subsidiar el transporte automotor, ferroviario y aéreo. Representa una suba del 22% interanual. El Gobierno pretende aplicar un recorte y reducir la cifra a $ 61.631 millones en 2017
$ 13.000
millones
Es lo que insumieron en 2016 otras empresas del Estado (AySA, Radio y Televisión del Estado y el Correo).
La Nacion