Galo Ochoa fue trasladado al penal de Villa Floresta donde permanecerá detenido, según entiende la fiscalía, hasta el desarrollo del juicio.
Se trata del conductor del auto que atropelló y mató a Matías Streitenberger la madrugada de Año Nuevo en la avenida Alfonsín y Milún.
La determinación se había tomado el pasado viernes, cuando el Juez de Garantías, Doctor Guillermo Mércuri, le negó la excarcelación, que había solicitado el defensor oficial, Germán Kiefl.
Ochoa pasó el fin de semana en los calabozos de la comisaría Primera, esperando por un cupo en el penal.
Las razones que argumentó Mércuri fueron que el acusado puede entorpecer la investigación; que según el relato de los primeros testigos iba a más de 100 kilómetros por hora; que no solamente desplegó una actitud reticente, si no que quiso retirarse de la escena del hecho para evitar las consecuencias del mismo y que mostró hostilidad y hasta insultó al personal policial. Además, refiere que Ochoa se negó a realizarse una extracción de sangre y un análisis de orina.
Hoy se pudo saber que el vehículo que manejaba Galo Ochoa con el que arrolló a Matías Streitenberger iba a 122 kilómetros por hora al momento del hecho.
El número surge de un video que captó el momento en el que el Subaru Impreza atropelló y mató al joven de 18 años. A este dato (más del doble de la velocidad máxima permitida) se arribó mediante la realización de un cálculo físico, donde los peritos llevaron adelante las mediciones correspondientes, tomando la distancia y el tiempo que transcurrió para cubrir ese tramo.
Además, según trascendió, los radares que están instalados estratégicamente en el sector no estaban operativos al momento del trágico episodio.