Terminó su condena en el penal de Devoto por tráfico de éxtasis. No obstante, confesó haber vendido droga que no contenían sustancias prohibidas, pero pegaban. «Muchos van a las fiestas electrónicas solo a drogarse».
Lo importante era que pegue. Eso es lo que reveló un dealer que acaba de cumplir su condena en el Penal de Devoto por tráfico de éxtasis y que confesó que las drogas sintéticas se elaboraban con cualquier medicamento legal que generara algún efecto en quien lo consumía.
«Algunos narcos buscaron que las pastillas ‘peguen'», contó en Clarín. «Empezaron a meterle de todo: cocaína, aseptobron, lo que se les ocurriera que hiciera un efecto en el que las tome, siempre a bajo costo. El objetivo dejó de ser vender un buen producto, si no algo que haga efecto. Un efecto cualquiera, total la mayoría de la gente que las consumía no tenía la cultura de ese tipo de drogas», afirmó al explicar que el público de la música electrónica fue mutando con el tiempo.
«Cuando cambió la gente, cambió la droga. Llegó un momento en que el ambiente se llenó de pibes que no tenían nada que ver con la electrónica. Gente de la bailanta, de los boliches de rock, de todos lados, que nada sabían de música electrónica. Que iban solo a drogarse», precisó.
Es que según él, «a los chicos los podes estafar con basura» ya que en la adrenalina por querer drogarse y bailar toda la noche, no distinguen calidades. «Antes había cultura electrónica, de música y de droga. La gente sabía que escuchaba y que consumía», sostuvo tras contar que muchos narcos colombianos aprovecharon el boom de la movida electrónica y dejaron de traficar éxtasis desde Europa y a producirlo ellos con cualquier sustancia que tuvieran a mano.
A su vez, aseguró que los verdaderos fanáticos de música electrónica ya no van a las fiestas de boliches, sino que organizan eventos privados en casas o quintas para un número muy reducido de gente. Y por lo general –añadió- le compran las drogas (pastillas, ácidos, cocaína) a sus dealers de confianza durante la semana. «Las pastillas azules no, eh», bromeó tras explicar que cada una debe tener 120 miligramos de MDMA y la de ´Superman´ suele tener 140″.
«Hoy en día son muy pocos los narcos argentinos que fabrican drogas sintéticas; sobran los dedos para enumerarlos. Hay poco mercado: el tráfico es fuerte en Buenos Aires y Rosario; más atrás viene Córdoba y termina ahí», reveló. Para esta fecha del año (marzo-mayo) es cuando más se produce, por la cantidad de fiestas masivas que hay», contó.
Por último, lanzó: «El verdadero negocio narco está en la venta mayorista. Los que venden en boliches son pibes que lo hacen para zafar los gastos de la noche. Gana cerca de $50 por pastilla. Para recuperar el dinero de su entrada tiene que vender 12 pastillas. Para consumir un champagne, otras 12 más. Para consumir juntar los gastos de dos pastillas que toma, seis más. ¿Cuántas debe vender para que le queden, limpios, por noche, $4 o $5 mil?», preguntó.
«No es un negocio redituable. Además, sufren robos o apretadas de patovicas que les quitan las pastillas. Es que el ambiente se llenó de barras bravas, ladrones, ex convictos y narcos de otras sustancias. Y muchas veces, a la salida, hay asaltos: de ladrones que asaltan a los que venden (sic) Hoy el ambiente de la bailanta está mucho más tranquilo que el de la electrónica. ¡Olvidate!», concluyó.
Infobae