Lo autorizó la justicia. Se trata del primer caso en el país. Una amiga de los futuros padre será quien geste al niño. El procedimiento se desarrollará por completo en la Argentina. Hasta ahora, sólo habían sido habilitados casos en el exterior.
La Justicia de Río Negro autorizó, por primera vez en el país, a una pareja de hombres gay a concebir un hijo por medio de un vientre sustituto, perteneciente a una amiga de la pareja. El fallo fue emitido por la jueza de la Familia de Viedma, María Laura Dumpé, y se trata del primer antecedente del país en que sea autorizado un «vientre sustituto», mientras que se nomina a los integrantes de la pareja como únicos padres.
Es que los casos anteriores, es más conocido es el del conductor televisivo «Marley», se concretó en el exterior del país. Dumpé autorizó la «transferencia embrionaria del vientre sustituto», la inscripción de el o los bebés a nombre de la pareja, que se encuentra enlazada hace varios años mediante una unión civil, y que la madre portadora no sea inscripta por los médicos, ya que no tiene vinculación genética con el o los niños por nacer.
Se realizará en un centro reproductivo de la ciudad de San Carlos de Bariloche: «Se realizará una fecundación in vitro y luego se transferirá el óvulo fecundado al vientre de la mujer para que se produzca el embarazo», explicó la magistrada en el expediente.
Por otro lado, los padres, que son mayores de 30 años y menores de 40, deberán informar, cuando el o los bebés adquieran edad suficiente para entenderlo sobre su «origen gestacional». La jueza, que considera que todo lo que no está prohibido puede ser autorizado, tuvo en cuenta el «objetivo altruista» de la madre sustituta, por lo que descarta el concepto de «explotación».
Señala que se ofreció par cumplir el deseo de los futuros padres y «no hay de por medio una finalidad económica». La magistrada invoca también conceptos como «la identidad, a la protección de la familia, a la libertad reproductiva, a la voluntad procreacional y a la intimidad». Por otro lado, se remarca que la mujer que presta el vientre «no desea asumir el rol materno», mientras se aconseja su seguimiento psicológico.