Un clima tenso será el que tendrá la reunión que este viernes mantendrá el presidente Mauricio Macri con el CEO de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, ante el recelo que generó en la filial de la compañía en Argentina, una de las empresas más grandes del país, el decreto a través del cual se autorizó a Nextel, propiedad de Grupo Clarín a dar servicio 4G sin haber participado de la licitación y sin pagar las frecuencias.
Con una llamativa falta de timming, el Gobierno le asignó frecuencias para dar 4G a Nextel de Cablevisión del Grupo Clarín y Fintech, sin pagar un centavo. Si bien esto se venía gestando desde diciembre, tras varias medidas tomadas por el Ejecutivo, la última decisión del ENACOM se conoció tres días antes de que Macri comenzara su visita a España, que incluye el encuentro con el titular de Telefónica, lo que motivó comentarios dentro de Casa Rosada. En los pasillos de Balcarce 50 se discute si fue un nuevo error de gestión o si se trató de una demostración de poder para luego empezar una negociación con la empresa.
El enojo de los españoles, que sin embargo no hicieron aún comentarios públicos, se debe a que denuncian un trato injusto porque ellos pagaron casi u$s 500 millones de dólares en las licitaciones del espectro de 4G que hicieron en 2014 y 2015. A fin de 2016 cuando se conoció el decreto 1340 que habilitó a cambiar el destino de las frecuencias y la doble utilización, Telefónica advirtió que iría al CIADI por trato discriminatorio, debido a que Nextel iba a poder dar servicio sin haber pagado. Este nuevo avance potencia esa posibilidad.
El ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, dio una argumentación por lo menos débil para justificar la decisión. Aseguró que la empresa «tendrá que pagar» el cambio de destino de las bandas (de telefonía fija a móvil) y además «va a tener que hacer un despliegue de u$s400 millones en dos años».
Las compañías que participaron de la licitación de 2014, durante el gobierno de Cristina de Kirchner, desembolsaron en total u$s 1.500 millones por las frecuencias, y también deberán invertir para el desarrollo del servicio, por lo que la aclaración de Aguad carece de sentido.
Pero además, la autorización a Nextel-Clarín para dar 4G, tiene además la particularidad de que no parece poner límite en años para el uso de las frecuencias. Para las adjudicadas a Movistar, Personal y Claro la vigencia es de 15 años.
Así, este viernes el mandatario se verá cara a cara con José María Álvarez-Pallete, CEO de Telefónica, en el marco del Foro de Negocios, Comercio e Inversión, en Madrid. Hay poca expectativa sobre el resultado de las conversaciones. Los que conocen a la empresa española afirman que sus directivos creen que «no hay condiciones claras de competencia y que se cambiaron las reglas de juego, no con un espíritu aperturista, sino para favorecer a un actor determinado».
Ambito