Acorde con el tono del discurso oficial, el diputado Nicolás Massot pidio que nuestro país alcance una «reconciliación como la que hubo en Sudáfrica», en relación con la última dictadura cívico militar. Y al mismo tiempo en el Museo del Bicentenario que depende de la Presidencia, aparecen homenajes a dictadoras como Pedro Eugenio Aramburu y genocidas salvajes como Jorge Rafael VIdela a quienes se los equipara con presidentes constitucionales elegidos por el voto popular. Macrismo en estado puro.
“Con los años 70 hay que hacer como en Sudáfrica y llamar a la reconciliación”, disparó el diputado macrista Nicolás Massot, sobrino del colaboracionista Vicente Massot, director del diario La nueva provincia de Bahía Blanca, que trabajó palmo a palmo con los represores y genocidas que gobernaron el país entre 1976 y 1983.
El reclamo del legislador generó una ola de rechazos y repudio al entender que sus palabras apuntan a instaurar una política del olvido y de impunidad en reemplazo de las consignas de memoria, verdad y justicia, que permitieron que cientos de represores hayan sido juzgados y condenados.
Pero sus palabras no son casualidad ni exabrupto sino que representan la verdadera política del estado macrista en relación con lo ocurrido durante la última dictadura cívico militar y la reivindicación del golpe de estado como mecanismo cuasi legítimo de hacer política.
El ex Museo del Bicentenario y hoy Museo Casa Rosada dedica una vitrina a Pedro Eugenio Aramburu el dictador que gobernó la Argentina entre 1955 y 1958, bajo cuya figura se ve una placa que dice “Presidente”, igualándolo de ese modo con quienes llegaron al gobierno por las vías legítimas y constitucionales.
Pero además, en un espacio bautizado como La república condicionada se coloca una lista de quienes ejercieron la presidencia entre 1955 y 1983 y, en ese contexto, aparecen en una línea de igualdad mandatarios como Arturo Illia y Juan Domingo Perón (ambos ganadores de elecciones) junto a Jorge Rafael Videla, líder de la dictadura más sangrienta de la historia nacional.
En el medio estan, obviamente, nefastos personajes de nuestra historia contemporánea como los generales Lombardi, Agustín Lanusse, Galtieri o Roberto VIola, pero en ningún lado aparece una aclaración respecto de que se trata de personajes que asaltaron el poder legítimo y gobernador al país por la fuerza. Para el macrismo, Alfonsín o Peron son lo mismo que Aramburu o Videla.