Este martes por la madrugada, murió la periodista y escritora Beatriz Sarlo, una de las voces más destacadas del ámbito literario y cultural de la Argentina. La pensadora contemporánea tenía 82 años, y falleció luego de tres semanas de internación en el Sanatorio Otamendi, tras sufrir un accidente cerebrovascular (ACV).
Cabe recordar que, durante su extensa carrera en el ámbito literario, Beatriz Sarlo cosechó numerosas distinciones y premios como el Kónex de Platino y el Premio Pluma de Honor de la Academia Nacional de Periodismo de la Argentina. En su destacada carrera, Sarlo estudió literatura en la Universidad de Buenos Aires (UBA), lugar que le dio la posibilidad de iniciar su profesión vinculada al análisis cultural y a la crítica literaria.
Por caso, Beatriz Sarlo dictó clases y cursos en distintas casas de estudios estadounidenses y hasta en la inglesa Universidad de Cambridge, y logró ser miembro de un selecto grupo de intelectuales latinoamericanos, con un pensamiento que se hizo eco en los principales diarios y revistas de la Argentina.
En este contexto, las lecturas sobre las transformaciones socioculturales del siglo XX y principios del XXI de Beatriz Sarlo le valieron el reconocimiento del mundo académico e intelectual, así como también su posición entre los pensadores más importantes de las últimas décadas.
Además, Sarlo fue cofundadora en 1978 de la revista Punto de Vista, una publicación clave en la resistencia intelectual durante la última dictadura cívico-militar argentina, y formó parte de una camada de profesores que volvió a la Universidad con el fin de la dictadura como Josefina Ludmer, Ramón Alcalde, entre otros.
A lo largo de su trayectoria, la fallecida periodista y pensadora argentina publicó libros esenciales como Una modernidad periférica (1988), Escenas de la vida posmoderna (1994) y La pasión y la excepción (2003), obras que combinan análisis literario, político y cultural, explorando las tensiones entre tradición y modernidad, así como el lugar de la Argentina en un mundo globalizado.
Al mismo tiempo, Sarlo publicó casi una treintena de ensayos, como “Escenas de la vida posmoderna”, “Borges, un escritor en las orillas”, “Siete ensayos sobre Walter Benjamin”, “La batalla de las ideas” y “La intimidad pública”, que se ubicaron en la base de la formación de miles de estudiantes universitarios.
Al consagrarse como una figura central en el periodismo y la reflexión cultural del país, destacándose como escritora, ensayista y columnista en diversos medios de gran renombre, Beatriz Sarlo se sumergió en la casa de todos los argentinos, con textos publicados en los diarios La Nación, Perfil y la revista Noticias, donde brilló por su capacidad crítica y su mirada única sobre los fenómenos sociales y políticos que atravesaban el país.
Sin embargo, la fallecida escritora que dejó una huella en la cultura argentina, no solo se destacó como crítica literaria, sino también como una analista lúcida de la coyuntura social y política del país, que la distinguió entre sus pares contemporáneos, y la posicionó como una de las voces más respetadas de la nación.
En marzo de 2024, Beatriz Sarlo ofreció su mirada crítica sobre el gobierno de Javier Milei, calificando al presidente como un “político de naturaleza extremista”. Esta postura, característica de su forma de pensar, dejó entrever una vez más su habilidad para leer los complejos procesos políticos del país con una mirada profundamente analítica.
Beatriz Sarlo: un legado imborrable
El fallecimiento de Beatriz Sarlo representa una pérdida irreparable para la cultura argentina. Su legado trasciende sus libros y artículos, ya que dejó un modelo de crítica rigurosa, una manera de entender la literatura y la política que seguirá siendo un referente para generaciones futuras.
Es que, en una época de constantes transformaciones sociales, la voz de Beatriz Sarlo siempre se mostró clara y decidida, capaz de desafiar las ideas establecidas con un rigor intelectual memorable.
Con su partida, el país pierde a una de sus intelectuales más brillantes, pero su pensamiento y su obra seguirán vigentes, influenciando a nuevas generaciones de escritores, periodistas y pensadores.