En sólo seis años, los casos de sífilis se triplicaron: pasaron de 3.785 en 2011 a 11.709 en 2017, con un promedio de edades de 17 a 30 años. Si bien desde el Ministerio de Salud de la Nación aseguran que mejoró la notificación de los diagnósticos de laboratorios en todo el país, sí reconocen un aumento de personas alcanzadas, lo que alerta a las autoridades. Según especificaron los expertos, esta tendencia se da no sólo en el país, sino también a nivel mundial.
En el Día del Condón, que se conmemora el 13 de febrero, expertos, funcionarios y representantes de la sociedad civil hablaron con DocSalud.com sobre esta enfermedad de transmisión sexual, que se toma como un indicador del no uso del preservativo. La pérdida del miedo al VIH por parte de las generaciones jóvenes; la ausencia de campañas y acciones de concientización y las barreras para el diagnóstico y el seguimiento de los pacientes son las principales hipótesis.
Producida por la bacteria Treponema Pallidum, la sífilis se transmite por relaciones sexuales (ya sean vaginales, anales y orales) sin preservativo o bien de madre a hijo durante la gestación. Con una sola dosis inyectable de penicilina basta para frenar la transmisión, aunque el tratamiento suele constar de tres. Esta infección puede llegar a ser silenciosa y se sospecha de ella cuando a los 20 días de contraerla aparecen pequeñas llagas o chancros en vagina, pene, ano o boca (que no siempre están a la vista y como no causan dolor, no son percibidos). Después, a los seis meses suele generarse una erupción corporal acompañada de fiebre y caída de cabello. Finalmente, cuando la bacteria queda en sangre, con el tiempo puede derivar en demencia, parálisis, severa y otras patologías graves.
El doctor Sergio Maulen, quien está al frente de la División de Sida y ETS del Ministerio de Salud de la Nación, reconoció que las autoridades están “preocupadas por el aumento de casos” y si bien el alza del número se explica en parte por una mejora en las notificaciones en todo el país, el número de pacientes crece no sólo en Argentina sino en el mundo.
“La sífilis, históricamente, es un marcador del no uso del preservativo, por lo que tenemos que reconocer que cada vez hay más dificultades para que las personas los utilicen, más allá de cuestiones históricas que no logramos erradicar del todo, asociada a prejuicios sobre su uso, al machismo y a contextos de violencia”, indicó el funcionario. Con respecto a las decisiones de las personas informadas que deciden tener relaciones sin profiláctico, hipotetizó que “las generaciones jóvenes perdieron en parte el miedo al VIH con las medicaciones más eficaces y menos tóxicas, en comparación con el temor que existía en la década de 1990”, lo que hace que las enfermedades de transmisión sexual estén en aumento y que los casos de VIH no disminuyan.
Por su parte el doctor Omar Sued, director de investigaciones de la Fundación Huésped, supone que esta tendencia mundial está asociada a “cambios en las conductas sexuales, como por ejemplo más contactos ocasionales por las chances de conocer gente en internet” pero también “a la falsa creencia de que el sexo oral no lo transmite, cuando sí ocurre, porque esta infección se adquiere al entrar en contacto con una lesión”.
En materia de transmisibilidad, tanto Maulen como Sued explicaron que la bacteria que produce sífilis es mucho más transmisible que el VIH, y está entre las primeras más fáciles de adquirir, después de la blenorragia. Pero más allá de las características biológicas de los patógenos que causan la infección, Sued atribuyó el aumento de incidencia a que tanto en el país como en el mundo, los programas que controlaban los casos de esta enfermedad dejaron de funcionar de a poco. “En la década de 1970, desde el hospital público se trabajaba muy bien en estos monitoreos. Veinte años después, al privatizarse el sistema de salud, muchos programas se desmantelaron”, lamentó.
Un tema preocupante que es además completamente prevenible es la sífilis congénita, que se transmite de madre a hijo durante la gestación. Basta para frenarla que la mujer se de una inyección de penicilina antes de la semana 30. Al respecto José María Di Bello, Secretario de la Fundación Grupo Efecto Positivo (GEP), una organización civil que trabaja para mejorar las condiciones de las personas que viven con VIH/sida, lamentó que durante 2017 “cerca de 1.000 bebés hayan nacido con sífilis, lo que indica que se está llegando tarde al diagnóstico y no se frena una forma de transmisión vitable”.
La infección en las embarazadas no sólo puede provocar abortos espontáneos o a muerte fetal, sino que el niño puede nacer con secuelas importantes como deformación en los huesos, anemia grave, sordera y ceguera, entre otros problemas.
Sued atribuye los casos de sífilis congénita a que una parte de los médicos no pide el testeo en todas las visitas que realiza la embarazada, porque en caso de que “esté en pareja con un hombre que tenga sexo sin protección con otras mujeres durante los últimos meses de embarazo, puede contraer la enfermedad por vía sexual y transmitirla al bebé”.
Maulen, por su parte, reconoce que es todo un desafío “testear al varón” y que ahora, desde la dirección de Sida y ETS, planean darle respuesta. “Este año buscamos incorporar los tests rápidos de hepatitis b y c y también de sífilis, con el que se obtienen resultados en 20 minutos”. La idea es ofrecerlos en los centros de salud, los CePAT, en los que ya se ofrecen las pruebas rápidas de VIH.
“Elegimos esos espacios porque están capacitados y tienen experiencia en el seguimiento de embarazadas. La idea es que el varón que la acompaña también se testee, y en caso de un resultado positivo, ese mismo día acceda al tratamiento”, indicó Maulén para luego agregar que en la actualidad, “se está en el proceso de compra de los reactivos, por lo que se espera que estas pruebas puedan ofrecerse a mediados de año”.
El reclamo de más campañas
El Día Internacional del Condón se celebra por una iniciativa de la AHF (AIDS Healthcare Foundation) desde 2012 en vísperas de San Valentín y busca incentivar el uso responsable del condón para prevenir infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados. ¿Pero qué acciones realiza el Estado a nivel local?
Di Bello opinó que “muchas veces se intenta plantear el aflojamiento o el desinterés en el uso de preservativo y así se cae en hablar de las responsabilidad de las personas en relación al sexo seguro, pero lo cierto es que las políticas públicas en materia prevención son casi nulas, a excepción de la compra de preservativos, porque una cosa es tener la disponibilidad del insumo y otra distinta es que se realicen acciones para que la población haga cambios en sus prácticas e incluyan la utilización de este método”.
EL secretario de la Fundación GEP lamentó que “no hay campañas, ni acciones directas de sensibilización además de que se han cerrado muchísimos consultorios e instancias territoriales y amigables convocantes de la diversidad en nuestro país”. De hecho, recordó que la última iniciativa mediática masiva fue el spot de Triki Triki Bang Bang, que data del 2007 y mostraba a un grupo de cumbia, que con esos sonidos, evocaba el uso del preservativo como condición para tener sexo.
Maulen, quien fue uno de los coordinadores de esta actividad, confirmó que desde Presidencia y desde el Ministerio de Salud están terminando de filmar una nueva campaña para incentivar el uso del preservativo. “Se pidió asesoría a nuestra dirección para esta iniciativa, ya muy avanzada, y para otra sobre la promoción del testeo del VIH, que aún no tiene fecha, pero ya se están programando los contenidos”.
Pero ambos coincidieron en que las campañas sirven para instalar el tema, pero no alcanzan para que una persona cambie sus hábitos, por lo que hay que complementar con un trabajo más directo, cara a cara. En ese sentido, Di Bello lamenta que la Ley de Educación Sexual Integral “no se esté aplicando y eso remite a un aflojamiento en las políticas públicas”.
En cuanto a nivel presupuestario DI Bello insistió en que hubo “una gran disminución y por compras directas durante 2016 se utilizó más del 90% del dinero en medicamentos, quedando casi nada para el resto de las políticas públicas en relación al VIH, además de las faltantes de preservativos que hubo ese mismo año”.
Con relación al tema, Maulen sostuvo que tiene “un buen diálogo con las organizaciones de la sociedad civil y sus representantes saben que los procesos de compra, que se iniciaron a fines del año pasado, están publicados, así como también los llamados a licitación”.
Por último Sued opinó que los gobiernos no están tomado suficientes medidas, ya que “faltan campañas y clínicas u hospitales especializados en el tratamiento de enfermedades de transmisión sexual”.
Docsalud
CELINA ABUD