Durante toda la vida somos seres sexuados y responsables de nuestro propio placer. Si bien la autoestimulación es recomendada y dejó de percibirse como tabú, se la considera una práctica complementaria con una sexualidad compartida, ya sea con relaciones varón-mujer, personas del mismo sexo o tríos. ¿Pero qué pasa cuando un individuo se centra en sí mismo y dictamina que sólo él puede proveerse goce? Lo primero que se pregunta es si lo que le sucede es “normal”, algo que evidencia internet con la existencia de foros que reúnen a los llamados “solosexuales”, cuyos gustos no coinciden con los de la mayoría.
Los adeptos a esta práctica pueden disfrutar de la compañía de otras personas, pero en el momento de la intimidad, se prefieren a sí mismos. ¿Pero qué motivos pueden llevar a un solosexual a elegirse por sobre otras personas de manera exclusiva? Por fuera de las etiquetas, los expertos revelan que las razones pueden ser varias y que lo importante, a la hora de las preferencias, es escuchar lo que pide el cuerpo.
Consultada por DocSalud.com, Mariela Tesler, especialista en sexualidad y pareja, explicó que “los solosexuales no se toman al sexo consigo mismos como algo masturbatorio que se practica a falta de una pareja, sino que es una elección” y que “prefieren darse disfrute sin la carga de tener una tener un compañero, ya que cualquier vínculo implica aspectos positivos como negativos”.
Son múltiples las razones que pueden llevar a una persona a ser solosexual, entre ellas no sentir la presión de tener que gustarle al otro, el miedo a enamorarse o a mostrarse desnudo frente a otra persona, presiones económicas como planear salidas, el cansancio de las frustraciones en los vínculos e incluso fobias a contraer enfermedades de transmisión sexual.
Para el psiquiatra y sexólogo Enrique De Rosa, elegir la solosexualidad puede tener orígenes similares a la opción de no tener sexo. Es por eso quese debe indagar si el motivo que lleva a una persona a darse placer a sí misma es patológica o no patológica. “Este cuadro puede darse miedo a contraer una enfermedad o un embarazo, fobias que se vuelven patológicas cuando el sujeto no domina a estas ideas como electivas, sino que lo condicionan y lo limitan. Es frecuente que personas obsesionadas con las infecciones estén muy limitadas dentro de la vida sexual”, indicó.
Dentro del lado no patológico, para De Rosa, “esta es una práctica que plantea menos conflictos”, más si se toma en cuenta en que en la actualidad existen contactos por la web que no se llevan al cara a cara. “Habría que ver si ratonearse con el otro a través de una cámara es una práctica solosexual o más bien sexo virtual. De todas formas, en tiempos tecnológicos es frecuente que la gente utilice imágenes en soporte sin una persona en frente, para estar consigo mismo y sus contradicciones, y así evitar las frustraciones del encuentro con el otro”.
Si bien para el psiquiatra, el llamado autoerotismo con sus múltiples variables (como por ejemplo gozar al verse vestido de una determinada manera) es una variante sana de la sexualidad “el incoveniente es que el fin último de la sexualidad es entrar en contacto con el afuera y establecer puentes sobre gustos, no cerrarse en uno mismo”.
Para Tesler no tener contacto con el afuera puede ser también un riesgo, pero “si el individuo vive feliz con otras personas, tiene vínculos saludables, pero en la intimidad es solosexual, está bien”. De acuerdo con la experta, “lo importante es saber si la persona está disfrutando con esta opción o la está sufriendo”.
Si bien esta con esta práctica “no sentís la presión de gustarle al otro” o no se sufre “si hay diferencias de gustos en lo sexual”, para Tesler no es para todo el mundo, porque “no existe el contacto con la piel, su aroma, los besos y las caricias”.
En contra de las etiquetas
Pansexuales, solosexuales, practicantes del poliamor. Son muchos los rótulos para denominar las distintas prácticas. Si bien los foros sirven para que muchas personas se hagan compañía y compartan testimonios sobre sus preferencias para Tesler es peligroso que estas etiquetas sean tomadas como una moda. Opina que se debe analizar caso por caso para determinar qué lleva a cada persona a elegir esta opción.
De Rosa, a su turno, opinó que llenar la sexualidad de clasificaciones y contextos puede ser complicado, y que el origen del goce “debe ser más simple”. Además, para el psiquiatra, estas prácticas pueden ser muy cambiantes, “porque cuando una persona se cansa del autoerotismo, puede pasar rápidamente a otro comportamiento, como períodos de abstinencia o cuasipromiscuidad”. Por lo tanto, “estos fenómenos son más dinámicos, con muchos grises, no estamos hablando de una ´tribu´”.
Para concluir, Tesler indicó que ser solosexual es una elección como cualquier otra y que no se toma por la consecuencia de ciertas preferencias sexuales como tener relaciones por horas, o utilizar juguetes, prácticas que también se pueden dar con una pareja. Por fuera de las dicotomías normal-anormal, o bien visto-mal visto, esta opción es una más del menú, al servicio del placer.
Por: Celina Abud