Aunque desde los equipos técnicos y despachos provinciales reconocen el malestar creciente, varios mandatarios aclararon que no se trata de una cumbre “anti Javier Milei”. En rigor, muchos de los gobernadores que participarán también mantienen diálogo con la Casa Rosada y buscan, más que confrontar, encontrar canales de solución frente a un ajuste que golpea de lleno las finanzas locales.
La preocupación central gira en torno a la coparticipación, que según datos del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), cayó en términos reales un 23,3% interanual durante mayo. En ese mismo mes, varias provincias recibieron entre un 4% y un 6% menos de fondos, en comparación con 2024, una cifra que alarma especialmente a distritos que dependen casi exclusivamente de esas transferencias automáticas.
En este marco, La Pampa, Santa Fe y Buenos Aires aparecen entre las más perjudicadas. El informe proyecta que durante todo 2025 las provincias podrían perder cerca de 2,5 billones de pesos en ingresos por coparticipación, lo que representa casi un 0,3% del PBI. En paralelo, la actividad económica muestra señales de estancamiento, lo que complica aún más las perspectivas de mejora.

Los gobernadores también llevarán al CFI una serie de quejas por el abandono de la obra pública nacional. Señalan que el estado de las rutas nacionales afecta la producción, el comercio y el turismo, sectores vitales en la recuperación económica que aún no llega. En ese sentido, los mandatarios solicitarán que se revisen las partidas del Impuesto a los Combustibles, cuya recaudación, según denuncian, ya no se destina al mantenimiento vial.
En las últimas semanas, varios gobernadores recibieron presiones desde el Ministerio de Economía para adherir al Plan de Reparación Histórica de los Ahorros Argentinos, una iniciativa que busca movilizar los dólares guardados en la economía informal. Si bien algunos distritos acompañan con reservas, otros se mantienen distantes y advierten que el problema de fondo sigue siendo la caída de los ingresos.
Desde el Ejecutivo de Javier Milei afirmaron estar sorprendidos por las quejas recientes. Aseguran que, en reuniones previas con Luis Caputo y Guillermo Francos, ningún gobernador planteó estas preocupaciones. Sin embargo, en voz baja, admiten que las tensiones con varios mandatarios provinciales podrían escalar si no hay respuestas concretas.
Por ahora, no se espera un documento final conjunto. Pero sí una foto de los gobernadores que asistan al encuentro como señal de unidad. Aunque las estrategias políticas divergen, todos coinciden en que es necesario un rediseño del esquema de financiamiento provincial. La coparticipación sigue siendo la columna vertebral de muchas administraciones, y su desplome los obliga a recalcular.
Nueva cumbre de gobernadores en el CFI
Una vez más, el Consejo Federal de Inversiones será sede de una reunión clave para el debate fiscal del país. Bajo la conducción de Ignacio Lamothe, el CFI se transformó en el espacio predilecto para las discusiones entre gobernadores y el armado de posiciones comunes, más allá de las diferencias partidarias.
Confirmaron su participación, entre otros, Sergio Ziliotto (La Pampa), Alfredo Cornejo (Mendoza), Axel Kicillof (Buenos Aires), Alberto Weretilneck (Río Negro), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Ignacio Torres (Chubut) y Raúl Jalil (Catamarca). Algunos mandatarios estarán presentes de forma virtual, otros lo harán personalmente desde Retiro.

Este encuentro llega días después de que el Gobierno nacional organizara dos videollamadas con varios mandatarios, buscando sumar apoyos para su plan de blanqueo de dólares. Allí participaron los caciques que mantienen relaciones fluidas con la Casa Rosada, aunque los más críticos no fueron invitados.
La distancia con los gobernadores que se niegan a convalidar el ajuste es cada vez más evidente. Aun así, en la mayoría de los distritos el foco está puesto en encontrar soluciones frente a una caída de la coparticipación que pone en jaque los presupuestos locales. Por ahora, el CFI vuelve a convertirse en la caja de resonancia de un conflicto que no encuentra salida.