El secretario del Tesoro de Estados Unidos (EEUU), Scott Bessent, volvió a hablar de las negociaciones con el gobierno de Javier Milei y remarcó que la ayuda no implica un desembolso directo de fondos, en medio de la volatilidad cambiaria, la caída de los bonos y la suba del riesgo país.
“No estamos poniendo dinero en la Argentina, le estamos dando una línea de swap”, enfatizó en una entrevista Bessent, que explicó que la asistencia responde al interés estratégico de Estados Unidos de evitar “otro estado fallido como Venezuela” en la región. Sin embargo, subrayó que no se trata de un préstamo convencional ni de inversión directa, sino de un mecanismo de intercambio de monedas que busca fortalecer las reservas del Banco Central por hasta USD 20.000 millones.
La aclaración del funcionario de Donald Trump llegó en una semana crítica para la economía argentina, marcada por la presión sobre el peso, que perdió casi un 7% frente al dólar en dos días, que cerró en $1.450 y obligó al Gobierno a intervenir con ventas de divisas.
Por su parte, el ministro de Economía, Luis Caputo, ratificó en redes sociales que se está “trabajando duro para terminar de concretar lo anunciado la semana pasada” y destacó el tono “muy positivo” de la comunicación que mantuvo con Bessent. Según adelantó el funcionario norteamericano, en los próximos días el equipo económico argentino viajará a Washington para profundizar las negociaciones.
El secretario del Tesoro sostuvo además que el respaldo a Milei es consistente con el lema republicano “America First”. “América primero no significa América aislada y el presidente Milei está haciendo las cosas bien”, indicó el funcionario estadounidense, al tiempo que definió a la Argentina como “un faro en América Latina” frente al avance de gobiernos de izquierda en la región.

En ese marco, Bessent aseguró que el Tesoro “está totalmente preparado para hacer lo que sea necesario” con el objetivo de contribuir a la estabilización de la economía local. También remarcó ante sus pares del G7 la importancia de que las políticas del gobierno argentino tengan éxito, tanto para la población como para la estabilidad regional.
El funcionario norteamericano respondió también a críticas que señalaban un eventual beneficio para inversores estadounidenses en el país. “No podría haber más fallos en esta idea de que estamos ayudando a estadounidenses ricos allí. Lo que estamos haciendo es mantener los intereses estratégicos de Estados Unidos en el hemisferio occidental”, sostuvo.
.En paralelo, el presidente, Javier Milei confirmó que el próximo 14 de octubre será recibido en la Casa Blanca por su par estadonunidense, Donald Trump. El encuentro bilateral será clave para avanzar en el esquema de apoyo financiero y para reforzar la sintonía política entre ambos mandatarios, según adelantó la Cancillería.
Milei también reiteró que la asistencia estadounidense podría incluir, además del swap, la compra de bonos argentinos en el mercado secundario e incluso la adquisición de deuda en el mercado primario. “No tengo dudas de que vamos a ganar el 26 de octubre”, declaró sobre el escenario electoral, ligando la expectativa de respaldo político a los movimientos económicos en curso.
El respaldo de EEUU a Argentina
La definición de Bessent sobre el swap generó repercusiones inmediatas tanto en Argentina como en Wall Street. Mientras el Gobierno destacó el compromiso de Estados Unidos de respaldar el plan económico, analistas advirtieron sobre la necesidad de aclarar las condiciones que tendrá el canje de monedas y el eventual costo a futuro para el país.

El anuncio del funcionario norteamericano se conoció en paralelo a ofertas oficiales de venta de divisas por USD 300 millones en el mercado de cambios a $1.425, en un intento por moderar la presión sobre el dólar. Esa intervención buscó contener el nerviosismo tras una semana de fuertes turbulencias.
La combinación entre la derrota electoral, la inestabilidad cambiaria y la expectativa por la visita de Milei a Washington configura un escenario cargado de incertidumbre. La aclaración de que no habrá un desembolso directo, sino un swap, apunta a dar transparencia sobre el tipo de apoyo, aunque deja abierto el debate sobre la real magnitud del respaldo financiero.






