Como parte de su acercamiento al gobierno estadounidense de Donald Trump, el presidente de la Nación, Javier Milei, autorizó vía Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) el ingreso de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos a los municipios bonaerenses de Mar del Plata y Bahía Blanca para que realicen un ejercicio militar conjunto.
Pese a que el artículo 75° de la Constitución Nacional establece que es atribución del Congreso permitir el ingreso de tropas extranjeras al país, Milei optó por avanzar con un decreto luego de enviar un proyecto de ley que no obtuvo respuesta de los legisladores. “La naturaleza excepcional de la situación planteada hace imposible seguir los trámites ordinarios previstos en la Constitución nacional para la sanción de las leyes”, aparece en los considerandos del DNU.
Este decreto tiene su naturaleza en la actividad que llevará a cabo las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos para la participación en el Ejercicio Tridente, que se desarrollará en las Bases Navales de Mar del Plata, de Puerto Belgrano (Bahía Blanca) y de Ushuaia, en Tierra del Fuego. La misma durará entre el 20 de octubre y 15 de noviembre.
Según explica el Gobierno nacional en el DNU, este acuerdo entre países sucedió a raíz de una nota de la Embajada de los Estados Unidos que solicitó el ingreso de las Fuerzas Armadas a Argentina. Entre los objetivos de este permiso, Milei destacó la implementación de intercambios, la integración entre componentes y entrenamientos que constituyen una herramienta clave para el fortalecimiento de las capacidades actuales de las Fuerzas Navales Especiales.
“Los entrenamientos incluyen el apoyo integral de las diversas unidades de la Armada Argentina, contribuyendo al fortalecimiento del Adiestramiento Naval Integrado. Estas actividades permiten incrementar la cooperación hacia una interoperabilidad efectiva entre fuerzas, así como aumentar la capacidad de defensa en los espacios de jurisdicción nacional y de interés estratégico para el país”, celebró Milei en su decreto.

La autorización contempla a un máximo de 30 efectivos de Guerra Especial Naval, que responde a las unidades de operaciones especiales de la Armada de los Estados Unidos. De ellos se destacan los Navy Seals, los famosos soldados estadounidenses encargados de misiones de reconocimiento, acción directa y antiterrorismo.
La presencia de la tropa militar de Estados Unidos le costará a la Armada Argentina un total de $60 millones. Durante el tiempo que permanezcan en el país, la milicia extranjera se desplazará en convoy entre las zonas y áreas de ejercicio y contará con inmunidad.
Milei busca seguir acercándose a Trump
Este decreto va en línea con la intención de Milei de seguir acercándose a la gestión de Trump. De hecho, esta semana se oficializó que el Presidente argentino volverá a verse con su par de Estados Unidos en la Casa Blanca.
“La Cancillería de la República Argentina informa que, como muestra de la excelente relación bilateral que une a la República Argentina y a los Estados Unidos de América, el próximo 14 de octubre el Presidente de la Nación, Javier Milei, realizará una visita oficial a los Estados Unidos y tendrá el honor de ser recibido en la Casa Blanca por el Presidente Donald J. Trump”, confirmaron desde la cuenta oficial del organismo dirigido por Gerardo Werthein.
En ese sentido, Cancillería consideró que la nueva reunión entre Milei y Trump marcará una nueva instancia de fortalecimiento de la alianza entre Argentina y Estados Unidos, la cual está “cimentada en valores compartidos y en el compromiso común con la vida, la libertad y la propiedad privada”.
Por la reunión que tendrá lugar a mediados de octubre, Milei y la comitiva que lo acompañe estarán alojados en Blair House, la residencia que está ubicada en Washington D.C y que tiene como principal función recibir a los Jefes de Estado que visitan al mandatario de Estados Unidos.
De esta forma, Trump y Milei dieron un paso más para afianzar aún más la fuerte relación comercial que tienen ambos países, dado que esta será la primera vez desde su regreso a la Casa Blanca que el Presidente estadounidense reciba a un mandatario del Cono Sur.
 
			 
			 
                                 
                    






 
							 
							 
							 
							 
							 
							 
							 
							 
							 
							