Así, se liberaron al mercado más de $10 billones que primero impactaron en las tasas de interés y luego presionaron y siguen presionando sobre la cotización de la divisa estadounidense, que al parecer no detendrá su escalada, aunque este viernes haya cerrado a $1.375,00, bajando apenas 0,3% con respecto a la última jornada de julio.
Y aunque las consultoras privadas coinciden en que, por el momento, la fuerte suba del dólar no impactará en un aumento análogo en los precios generales, presionados a la baja por la brutal caída del consumo, con el inicio de agosto ya se comienzan a notar ajustes en los precios de los alimentos.
Desde ahora y durante las jornadas subsiguientes, los formadores de precios (industrias, distribuidores y comercios minoristas) deben decidir qué hacer con los precios y, de hecho, con el presente y futuro del plan económico de Javier Milei, cuya aprobación se sostiene casi exclusivamente con la desaceleración del proceso inflacionario.
En efecto, se prevé que desde las próximas horas los comercios minoristas comiencen a recibir listas de precios con fuertes aumentos, que se harán notar desde la semana próxima en estanterías de comercios de proximidad y en las góndolas de los supermercados.
Entre las compañías que raíz de la suba del dólar ya han comenzado a ajustar precios están Unilever (Hellmann’s, Knorr, Dove, Axe, Lux, Comfort y Lifebuoy), Mondelez (Terrabusi, Oreo, Milka, Tita, Rhodesia, Beldent, Tang y Clight) y SC Johnson (Off!, Fuyi, Raid, Glade, Lysoform, Mr. Músculo y Blem), según revelaron fuentes del sector mayorista.
Las mismas que indicaron que por estas horas se negocia que los ajustes “estén más cerca del 5% que del 10%”, esperándose que en muchos productos de primera necesidad las remarcaciones durante los primeros días del mes en curso ronden entre el 4% y el 8%, según el segmento y el artículo.