Varios establecimientos rurales sufrieron daños como fusibles quemados a causa de las descargas eléctricas, cables cortados y postes inclinados. La tormenta, que se extendió por varias horas, mantuvo en alerta permanente al personal de guardia de la CELT, que prácticamente no tuvo descanso durante todo el fin de semana.
En algunos casos la tarea se vio dificultada para poder acceder por el estado de los caminos producto de la abundante lluvia.
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